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31 oct 2011

Del campo a la ciudad

La noche enmudecía el pequeño pueblo, sentado en aquel pequeño rincón de la taberna, podía observar como los árboles empezaban a alborotarse tocando una dulce melodía con la naturaleza. Tras horas de diversión en aquel local , decide salir a tomar el aire, aquel antro empezaba a agobiarle y había pasado de un estado de diversión a un estado de cansancio en cuestión de segundos. Cuando sale se da cuenta de que nada molesta, nada osa perturbar la noche, podías caminar por aquellas pequeñas calles y podías escuchar el ruido que provocaban tus zapatos con el suelo, e incluso si prestabas atención, se oía el sonido que producía tu respiración. En aquel largo camino hacia su pequeño apartamento contempló las vistas, parece que el ser humano ha olvidado la contemplación a la naturaleza, ahora entendía a aquellos pintores que dedicaban su vida a pintar cuadros sobre paisajes, aquel espectáculo que te brinda el campo debe ser visto por todo el mundo, nadie ha vivido lo suficiente si nunca se ha parado a contemplar en su totalidad el entorno en el que vive. Se dio cuenta de que tantos años en la ciudad lo habían transformado en un ser más complejo, la gente de allí no necesitaba mucho para divertirse y quizás no se divertían tanto, pero se dio cuenta de que cuando esa gente se divertía , se divertía de verdad, las noches de fiesta que pasó allí quedaron imborrables en su memoria, fueron muchos los recuerdos que se trajo de aquel lugar y que quería conservar para siempre. Cuando llega a su casa decide subir al tejado, hacía una noche preciosa y quería disfrutar de aquel inmenso paisaje sumergido en él, decidió no apartar la vista de aquel cielo que parecía que estaba posando para mostrar su cara más bonita. En aquel preciso instante se paró a pensar sobre la situación, nunca antes se había sentido tan realizado, tan contento, tan inspirado por todo. Parece ser que la gente del campo ha quedado olvidada con el tiempo, los vemos como aquellos que se niegan a progresar, pero no es cierto, ellos han aprendido a progresar bajo un espectacular cielo de estrellas.

30 oct 2011

En primera fila

No voy a tratar de encadenar palabras porque esta vez todas tienen un sentido hasta hace poco no podría decir que las cosas habían sido fáciles, tampoco cubrirme y decir que no todo fué cómo yo esperaba. He escrito miles de veces sobre historias que nada tenían que ver conmigo si lo he hecho sobre las situaciones que observaba a mi alrededor. pero los números se cuentan cómo emociones cada punto , cada coma, y cada frase no es más que el reflejo de lo que he aprendido hoy mirándo al sol sin que me ciegue cuándo esta luna siempre esperaba ese momento en el que por un momento se juntaban en caminos distintos pensándo que sólo el eclipse era lo que hacía real a mi mente pues no lograba encontrarte . pero un cambio de viento hizo que el tiempo el destino y hasta el propio reloj se puso de acuerdo y entonces es cuando ... " te vï" corazonadas que mueven actos... miradas que quedan reflejadas en las retinas y sólo el deseo mutuo y reciproco convierte en auténtica pasión lo que denominamos la palabra amor. Hoy no estaré disponible para nada que no sea tu presente recuerdo un justo tributo que te has ganado a golpes de corazón. No podría describirte , no podría dibujarte pero hoy si puedo amarte porque es el preambulo a esa primera palabra No recuerdo cuál fué el día en el que dejé de sentír pero si recuerdo perfectamente el día que he comenzado a volver a hacerlo el amor es un arte irracional , incontrolable pero sin duda es el estado emocional tan indescriptible cómo especial me perderé toda una vida contigo y lo mejor de todo de tu mano

25 oct 2011

todo corazón

Hay días en el que el corazón podría ser más prescindible, algo que puedas quitarte y dejar en algún cajón antes de salir. Por desgracia, esos días igual que el resto, tenemos que llevarlo puesto. Dependemos de un ritmo cardiaco que no cesa, que es constante, y que nos punza a cada latido. Somos todo corazón, y quien pretenda negarlo se engaña a si mismo. Somos un cúmulo de sentimientos contradictorios que un día nos hacen estallar de felicidad y al siguiente nos hunden en el peor de los desencantos. No podemos deshacernos del corazón y permanecer impasibles hasta que cesen las tormentas. Al contrario, es de los momentos en que más presente lo tenemos. Y no nos queda otra que tomar aire y sentir. Sentir en lo bueno y en lo malo. Sentir, latir y joderse cuando duele...

21 oct 2011

yo, me, mi , conmigo

Todos tenemos personas que nos hacen la vida mejor, que le dan sentido. Personas sin las cuales nos encontraríamos vacíos, perdidos. Aparecieron un día en nuestra vida y se quedaron. De ellas aprendemos, con ellas convivimos, a ellas acudimos cuando necesitamos consuelo, risas o unos afros. Y ellas hacen lo mismo con nosotros.
Conseguimos ser mejores, evolucionar, crecer. Conseguimos desplegar el enorme abanico de emociones que ocultamos bajo tatuajes y borracheras.
Conseguimos vivir.

Sin embargo, parece que la gente que queda fuera de ese círculo es menos importante hasta el punto de que nos resulten completamente indiferentes, o, al contrario, despierten en nosotros un sentimiento de odio injustificado a causa del típico hizo noséqué a noséquién.
En ambos casos, nuestra actitud con ellos será injusta, aunque no queramos reconocerlo.
Está claro que no vamos a dar lo mismo por un desconocido que por un amigo pero ¿debemos ignorar al primero?. Está claro también que no vamos a compartir la felicidad de una persona a la que despreciamos pero ¿debemos alegrarnos de lo contrario?

Ilustrándolo con un ejemplo cercano podríamos decir que la gente muere todos los días. A veces nos toca tan cerca, que nos mata un poco a nosotros. A veces tan lejos, que ni nos enteramos. Otras veces nos toca cerca, pero al ser la de una persona que no apreciamos, incluso parecemos alegrarnos. ¿Es justa esta actitud? Por muchos problemas que se hayan tenido con la persona en cuestión, ¿es justo "alegrarse" de su desaparición? No es justo y lo sabemos; sin embargo, egoístamente, no podemos evitar hacerlo. En primer lugar porque las emociones se escapan a nuestro control. En segundo lugar porque somos seres insolidarios; y aquí es donde reside el verdadero problema, ya que muchas veces nuestra reacción pública (que es totalmente controlable), deja en evidencia nuestros sentimientos al respecto. Olvidamos el dolor que sufre la gente que sí llora su pérdida en pro de la liberación que nos supone no tener que volver a ver a esa persona.

Es sólo un ejemplo, cogido con pinzas, pero que nos sirve para ver la falta de compromiso social que vivimos.

Deberíamos aprender que, aunque en nuestra vida muchísimas personas no representan nada, no por ello merecen nuestra desconsideración, nuestra indiferencia o nuestra agresividad.

Y es que nos falta demasiada humildad, a mí la primera. Y todos somos capaces de reconocerlo, pero no hacemos nada por cambiarlo; al fin y al cabo, si estamos bien como estamos, el problema no debe ser nuestro, sino de los demás.


20 oct 2011

Odio estar enamorado

¿Estar enamorado? Pensaréis quienes lo estáis: ¡¡si es lo más bonito del mundo!! Y yo... no lo dudo. Pero, ¿qué pasa si ese amor no es correspondido?Sin duda ese es el dolor más grande que existe en el mundo. Todas las noches te acuestas con una sensación de vacio y sabes que te falta ella para llenarlo.

Intentas ser su amigo. Quieres que sea feliz... pero cada palabra que te dice se clava como un puñal en tu corazón. Intestas hacer ver que no pasa nada, pero lo que más deseas en este mundo es a ella. No es egoismo. Es solo amor.

Y entonces te asaltan las dudas: ¿no la veo más o la sigo viendo sabiendo que es feliz con otro? La quieres y su felicidad te alegra, aunque tú no seas el responsable. Y al final decides ser su amigo porque no soportas la idea de no verla más. Pero duele. Duele tanto...

Intentas rehacer tu vida, piensas: ya conoceré a otra... pero su imagen te persigue. Sueñas con ella, te acompaña al despertarte y al acostarte... Comparas a todas con ella y todas salen perdiendo. No porque sean peores... es que estás enamorado.

Dicen que el tiempo todo lo cura. ¡¡Ojalá!! Mientras tanto, hay que sonreir, siempre sonreir. Pero ¿cómo poder sonreir con ese dolor tan grande? Busca el lado positivo de lo que te rodea: tu carrera musical, tu familia y tus amigos. Y mira siempre a los ojos. Quizás algún día encuentres la chispa de nuevo, y ¿quién sabe?, quizás vuelvas a enamorarte.




Demonios en el jardín

Puedes pasarte años luchando contra viento y marea por hacerte un hueco en el complicado mundo de la música. Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco que fuera tan difícil. Probablemente, tu escasa paciencia se habrá ido en innumerables ocasiones de vacaciones y tu ventana ha visto volar más de una guitarra eléctrica… Hasta que se llega a un punto en el que todo se te hace grande y tú pequeño… muy pequeño. La competencia es fuerte y avanzar es como pretender tocar el cielo con la punta de tus dedos, pero soñar es gratis y no estás dispuesto a tirar la toalla, al menos aún… Quizás la solución es deshumanizarse un poco, al fin y al cabo eso te hace más débil. Hace tiempo que te habrás dado cuenta de muchas cosas y serás consciente de que las estrellas no brillan por ti en el cielo, que el dolor no existe, sólo es un reflejo de los demonios que habitan bajo la cama y que, si buscas otro mundo a través del armario, no encontrarás más que la pared (y los sueños, sueños son). Quizás si dejaras pasar algo más de luz a través del cristal probablemente verías las cosas de otra manera. Pero tienes la costumbre de cerrar las cortinas y bajar la persiana, así en tu propia oscuridad tus ojos no pueden ver el brillo de su mundo, tu azul se torna oscuro y pierde vida… Y es que debiste haber vendido tu alma al diablo cuando tuviste ocasión, siempre has sabido que ese tipo de oportunidades no se presentan todos los días, además es complicado resistirse a esa sonrisa tan pícara (es posible que Kobe debiera sentarse a charlar con él, pretendientes no le faltan y un buen café hace milagros)… Así que al final sólo te queda el deseo de gritar al mundo que, por mucho que lo dramaticemos, sólo somos un montón de huesos con algo de carne (unos más que otros), que el sol siempre sale por el este y se esconde por el oeste, que la magia sólo está en la mente y que el destino no es más que un cúmulo de casualidades y decisiones oportunas, incluso a veces… inoportunas (benditos errores). Resumiendo, quien siembra vientos, recoge tempestades, ¿seguro?... Pues igual no, y todo eso es solo un cuento que se inventaron para que el rebaño fuera bueno. Así que te marchas, sin mirar atrás, subes a ese tren, arropado por los tuyos, con tu novena guitarra a la espalda y mirando hacia adelante. A lo mejor si vuelve el diablo con una buena oferta, le das calabazas y esperas a otro año. Mientras tanto seguirás viajando de ciudad en ciudad, dando conciertos, yendo a clases, componiendo en frías habitaciones de hotel, grabando canciones… Sí, eres parte del rebaño y, si Melvin levantara la cabeza, seguramente se daría contra la tapa de su ataúd. Simplemente así. Y, pese a todo, seguirás disfrutando mientras puedas de las luces de ciudad y sufriendo por los demonios que habitan en tu jardín

17 oct 2011

Amar de negro

Pase lo que pase, lo último que queda y a lo que todos aspiramos es a ser felices, a querer y a que nos quieran. No obstante, no son pocos los rebeldes que se alzan creando verdaderas revoluciones contra el amor. Sí, los "antisanvalentines". Me tomo la licencia de llamarlos así porque en realidad no van en contra del amor en sí. Cierto es que muchos de éstos no son más que pobres almas en pena porque en el último festejo del amor no tuvieron su noche loca, ni tienen a alguien con quien compartir una velada romántica, o tan siquiera reciben una de esas tarjetitas con el mensajito de "I love U" en rojo-granate. El tiempo va pasando y, para ellos, esa fecha se torna odiosa e incomprensiblemente tediosa. Desean que termine una semana antes de que empiece y esperan ansiosos a que alguna de esas parejitas rompa en el ardor de su pasión para terminar tan solos y desesperados como ellos mismos. Entonces, a bombo y platillo, anuncian sus propias fiestas. Un "antisanvalentín" con clase y elegancia en el que imperan corazones partidos y borracheras donde ahogar las penas de los sinsabores amorosos. En estas particulares "citas", ellas se encargan de adornarlo todo, incluso sus historias, con velos teñidos de negro absoluto. Pulen sus historias sobre aquellos buenos tiempos, centrando sus energías en esgrimir contra aquellos que, siempre según su versión, tan desgraciadas las hicieron. Así, parece que amar "de negro" es una nueva moda bastante extendida entre cincuentonas venidas a menos y cuarentonas en las fronteras. Porque no olvidemos que amar no es cosa de dos si uno no quiere, y seamos realistas, ¿quién no amó alguna vez y fue despechado? Igualmente, sigo respetando ese día, pues, fuera de carantoñas absurdas y melosas, me gusta pensar que en alguna parte del mundo hay dos almas que se quieren.

Con tu permiso

Un día mas frente al teclado esta noche me acompaño de una melodía una vieja canción que dejó que suene esta vez sin ser yo quien la cante la guitarra la dejé junto a la ventana no quiero tocarla quizá porque al tocar su cuerdas volvería a mezclarse mi sensibilidad y mis ganas de tocarte y aúnque sé que no tardaré en volverla a cogerla entre mis brazos apoyada sobre mi cuerpo no quiero un roce que no fuera tuyo en este momento y el valor , la fuerza y los pactos sólo puedo cumplirlos en forma de escritura aún puedo volar , permitirme el soñar porque puedo marcar mis tiempos aúnque no pueda cambiar el destino a la vuelta de la esquina me espera una vida no tengo miedo a saber lo que me depara si tendría miedo a que no me recordaras jamás me perdonaría el descubrirte pero tampoco el que no te dieras cuenta que una vida contigo es lo que anhelo Mi principe no tardará en llegar sólo espero que siga teniendo los ojos abiertos para poder verte ... y que el mundo siga girándo ....

En la variedad está el gusto

Hace tiempo que observo a la gente y me parece interesante la variedad de personas que hay en este mundo: Bohemios, modernos, clásicos, románticos, bromistas, pacíficos, bélicos... por estos últimos es por lo que nace este artículo. Hay personas que necesitan vivir en una guerra constante, dando igual si "el mal" es real o inventado, lo importante es tenerlo. Se sienten bien haciéndose los duros y los peligrosos, ser prepotentes con el aire, porque la mayoría de las veces ese "mal" no existe. Se encuentra única y exclusivamente en mentes con ganas de polémica. Ustedes pensarán: ¿Y qué consiguen con eso? ¿No tienen suficiente con los problemas del día a día que puedan surgir? Y yo les respondo: No, no tienen suficiente. Quieren gritar y pelear contra todo y todos, para intentar descubrir quiénes estarán su lado para apoyarlos en la "guerra", si llega a sucederse. Hay ocasiones en que consiguen su objetivo y tienen su "guerra" particular y tienen a sus amigos apoyándoles, pero aquí no sirve eso de soldado que sobrevive a una batalla, sirve para otra, porque claramente aquí no muere nadie, pero esos amigos que sobreviven deciden "desertar". Optan por otros caminos menos bélicos, dándose cuenta de que no han sido más que unas marionetas que tienen la opción de decidir su camino, sin necesidad de entrar en guerras, o al menos, en guerras ajenas. Hay etapas en cada uno de nosotros, todos tendremos nuestra etapa de románticos, de divertidos, de bélicos pero hay algunos que deciden evolucionar y vivir siendo pacíficos, no hay una forma acertada de vivir, sólo hay formas distintas de vivir la vida

se veía venir

La venía observando y sabía que no tardaría mucho
en ver como tiraba la toalla
sus últimos escritos reflejaban su estado de ánimo
su poca fuerza se inmiscuia entre mis pensamientos
y hoy la dejé para no verla en ese estado

sus cabellos dorados revueltos
su mirada apagada
y su cálido pero débil hilo de tono de voz
dividió entre mil mi debilidad y multiplico por ocho mi amor por ella

sé que nada se puede hacer
no hay nada que le pueda decir para decirle que no se rompa
pero cómo bien dice ella " hasta el último día .. ese último suspiro "

sé que fué mucho, el tiempo en que seguía en pie , cuándo hasta ella misma sabía
que sus pasos se estaban acercando al lago en el que allí quería descansar.

la miré pero no pude hacerle entender absolutamente nada
sé lo que realmente esta pensándo y sé perfectamente que no dirá nada


sigue esperándo desde su cama hoy enferma a ver cómo llueve
tánto hizo soñar y hoy es ella la que se quedó sin ellos ...sin sus sueños

sé que no volverá a escribir , también sé que no puede
me despido con tristeza princesa .

...


16 oct 2011

Un sueño de mentira

Es una de las conclusiones más claras que mi corta vida me ha dejado de regalo en forma de experiencia, como un doloroso tatuaje reluciente sobre toda mi espalda, cabeza y zona céntrica izquierda de mi pecho.

La esperanza es una arma muy poderosa, que si no logramos domarla con la “maldita” realidad, termina cobrando vuelo lentamente y al mezclarse con los sueños; nos muestra su cara más peligrosa y en ocasiones también dolorosa que podamos imaginar.

En un principio todo es de colores, armonioso y musical. Donde todo parece tomar el camino ideal, donde lo incorrecto es pasible de corrección y donde aparentemente hay un solo final posible. El soñado. Pero es increíble como un día cualquiera, el gris comienzo a tomar posición dominante en el cuadro de colores de nuestras vidas. El silencio encierra a las melodías musicales que bailaban por nuestra cabeza imaginaria, la tristeza aparece por primera vez en mucho tiempo, desplazando lentamente y sin ningún remordimiento a esos sueños que se creían perfectos e intocables.

La realidad aparece bruscamente tras levantarse el telón de nuestra ceguera, como en una obra de teatro que esconde el verdadero show que pronto estará por comenzar. Pero éste no es de final feliz, éste es de los Shakespeare, donde Romeo y Julieta no terminan juntos por siempre, como a uno generalmente le gusta imaginar, le gusta inventar, creer, crear un segundo final que por defecto no es el destinado a darse.

Es por esto, que a aquellos soñadores empedernidos, como yo, les recomiendo no engañar sus expectativas con sueños tontos. Porque los sueños siempre serán eso, sueños; y muy pocas veces logran tener una relación directa con la realidad. Sin embargo, caprichoso, yo seguiré apostando a que una de esas pocas veces que se logran mezclar con la realidad, a que esa escasa posibilidad, será la próxima. Y por lo tanto, volveré a caer en el camino fácil, el de creer en ellos.


13 oct 2011

Cepos

Y sí cualquier tiempo aludido en pretérito, siempre, fue mejor... entre profecías, vaticinios, oráculos, reminiscencias y miradas enmascaradas se esboza el influjo inexorable de nuestra sustancialidad.
Allí a lo lejos, abstraído de media realidad, a metros del abismo y la salvación, en el acantilado, se ha congelado. El tiempo que ha corrido persiguiendo una vaga idea de ilusión. Un fugaz velo con vocación de estilete tuvo un affair con una arista de la retina.
La seducción, el desencanto, la reciprocidad... una amalgama y un papel distinto en cada actor ha pintado la circunstancia. Enfermízamente obsesionado ha seguido hasta su susurro por la lejanía.
Volvemos a empezar. Exhausto, con las rodillas abrazando las manos para sostener su cuerpo. Jadea y su pecho salta al respirar. Mientras se bebe su propia sal es tiempo de preguntar. ¿Ficción o cruel y veloz realidad? Ese instante de inspiración, el numen flotando con hechura de seda blanca se ha ido y quien sabe si volverá.
Un inmenso ponto de tintas deja su marca de cicatriz para el confín. Un salto suicida. Un estallido, hay fondo, una contusión, unas burbujas, varias sirenas, algunos pestañeos, parece coral, una exhalación, sin respiración y ese pez tiene apariencia de trampa mortal.
Desde su ventana, como un cazador paciente, acompañado de trazos distraídos ha contemplado la curiosa historia transcurrir. Ha dado, con muerte, vida a un lienzo y ha hecho del infortunio de la demencia épica inmortal.
Y si os preguntáis por el cuadro... trescientos cepos de papel ha querido el capricho ir a juntar en una playa desierta, con un cuerpo inerte que supo flotar pos gloria.



12 oct 2011

Mi querido amigo

Empezaría diciendo que "un estar" o "estaba"
es lo que primero que se me viene a la cabeza
has conocido cada uno de mis pasos y yo he caminado bajo tus alas
porque esta amistad es la que alimenta cada una de nuestras sensaciones

pero hoy la noche es mas oscura que cualquier otra
las medias verdades se han quitado el disfraz y en su cuerpo desnudo
he visto el tatuaje de una mentira que han nublado mi mirada hasta perder el conocimiento

nunca creí en la amistad pero si en las personas
y tú fiel compañero convertiste por un mal paso una brecha
que directa a la luna has partido en dos
en ese paso la estrella polar que te acompañaba
por momentos deja de brillar y la miro y me reflejo en su dolor

Debería caer una tormenta ... apagarse las luces y no admirar
lo que hoy ya no se puede ver pues dos almas no brillan


porque no aprendemos a que la vida es tener valores
que los corazones son frágiles
y aúnque tengo la certeza de que no conoceré alguien con el color de tu alma
has de seguir tu camino

gracias por regalarme tus conocimientos
pero de la misma manera espero haberte regalado con mis escritos
la manera en la que hay que manejarse en la vida

Amar es una palabra que abarca muchas cosas
querer es una palabra que demuestra acciones con sus prolongaciones a veces impredecibles
amistad hoy es una palabra imposible de describir


El arte mortal

Hablamos de cultura como la forma de expresión que el hombre ha perseguido desde sus inicios para dar conocimiento de su modo de vida, de su sociabilidad, de las habilidades poseídas. Y no es tarea fácil enseñar la belleza del arte, la profundidad de los sentimientos, el desnudo del alma.
A esto se dedica el artista, quien siempre ha pretendido utilizar su obra como medio para manifestar sus pensamientos más insondables de cara a un mundo que no deja de recordarle el hastío de sus días. Razón básica es la comentada para explicar el fenómeno que aparece, muy habitualmente, dentro del mundo de la música; el de aquellas personas que, embriagadas por la similitud de su experiencia vivida con la del autor y puesta en bandeja por este último en forma de canción, dan rienda suelta a un acoso que, lejos de ser un halago, termina siendo una auténtica pesadilla.


Es un hecho constatado –y, por otra parte, muy corriente- que el artista se encuentre con un público que, más allá de disfrutar de sus composiciones, pretenda llegar al fondo de su historia de manera literal: Por suerte, la mayor parte de esta masa de gente, no llega a los límites que unos pocos consiguen sobrepasar violando la privacidad del intérprete y queriendo formar parte de su existencia como algo más que un mero observador en la distancia. Cuando esto ocurre, el incondicional seguidor torna su persona en la figura de un poderoso enemigo que hace tambalear la integridad del músico; un juego en el que ganar significa destruir a la estrella y su entorno.
¿Merece la pena poner en peligro lo que uno ha construido con amor y esmero bajo el nombre de familia, por seguir tocando la gloria de la popularidad? En estos tiempos que corren, desear reconocimiento y fama se ha convertido, sin duda, en una práctica arriesgada. Ya quedaron bien atrás esos años, en los que los únicos disparos que se distinguían eran los de aquellos incombustibles paparazzi, que no dejaban de alumbrar con sus flashes cada paso dado por los amos y señores de los escenarios. Ahora, el gatillo más ligero puede ser una simple llamada de teléfono, cuya mortífera bala son voces envenenadas con letales rumores.
Cambian las costumbres poco a poco; es algo innato a la cultura, mencionada al principio. Pero no deja de ser curiosa la evolución del comportamiento humano, cuyo progreso es tan cuestionable y paradójico como lo de esta idolatría convertida en enfermedad, donde un individuo amante intenta arruinar a toda costa al sujeto admirado, donde el alimento de ambos es lo que termina matando, la vida y la muerte bajo un mismo disfraz; el artificio de las palabras.


Querer , amar y odiar

Tanto la amistad, como el amor son dos sustantivos abstractos que, si me preguntan, se pueden definir de muchas maneras distintas, todas correctas probablemente dependiendo del individuo del que salga dicha descripción.
Entonces, ¿cómo podemos decir que uno es amigo de alguien? ¿Qué determina el punto en el que uno pasa de ser un conocido más a un amigo?
Ésta es una pregunta que me he estado formulando durante mucho tiempo y aun no pude encontrar una respuesta coherente para ella. Si puedo explicarles mi sensación personal sobre la amistad y el amor, en que se basan y como se construyen. Lo que no quiere decir que tenga la razón. El mundo es polifacético y hay que aprender a mirarlo desde diversos puntos de vista, darle la razón al otro, es aprender para uno mismo.
Estas dos expresiones que el ser humano adoptó para nombrar las relaciones entre ellos se basan en acciones entre dos individuos, las cuales los hacen actuar en conjunto cambiar su mirada sobre su llamado conocido ahora que ya, aunque sea, lo ha visto por primera vez y quizá hasta se ha aprendido su nombre.
Más adelante, estas acciones se siguen sucediendo hasta que uno termina por conocer todo sobre la otra persona. Creo que éste es el momento en el que solemos adoptar el término amistad y la relación se vuelve algo más entretenida, llevadera. Uno empieza a disfrutar de la compañía del otro.
Incluso la relación puede pasar a más, eso que denominan amor. Desde mi punto de vista es una mezcla de atracción física y una gran amistad, que combinados hacia otra persona pueden formar algo muy extraño que pocos tienen el privilegio de sentir.


Estás acciones incluso pueden llevar hacia una tercera sensación todavía no mencionada en este artículo, el odio. Comúnmente se conoce a este término como el rechazo de una persona hacia otra, quizá por personalidades completamente diferentes, o simplemente por actitudes y formas de ser que no pueden formar una amistad.
Cuando esto sucede, simplemente se intentan cortar relaciones con el otro individuo de una vez por todas. Para seguir amando y queriendo a lo largo de todo lo que nos queda por vivir.
Amar, odiar y querer es parte de nosotros, de nuestra personalidad, es algo que no podemos cambiar voluntariamente. Se produce solo y no tiene una explicación lógica, simplemente, cada uno puede llamarlo como quiera, puede ponerle las palabras que desee para tratar de expresar lo que siente y como lo siente, pero solo él podrá entenderse. Aun no hay un medio para transmitir sensaciones.
La amistad y el amor, descritos de esta manera tan objetiva no parecen gran cosa, pero una vez puestas en práctica... Créanme, no hay nada igual.


Mi parte de todo

Viento que mis velas empuja allende los mares, caballo de espuma que cabalgo sin aire en mis pulmones, criatura salvaje que domina mis sentidos.
Lecho de algodón que recorre mis alas, tierra que sostiene la pesadez de mi caminar, fuego que inflama cada poro de mi piel, llama que arde en la calidez de mi espíritu.
Pecado que atormenta la fragilidad de mi alma, éter que insufla vida en mis pulmones, líquido elemento que baña mis entrañas.
Eres la vida que vivo a cada instante, vida que no es vida en tu ausencia.
El futuro, el presente y el pasado, lo que fue y está por llegar, mi principio y mi fin, mi salud y mi enfermedad.
La calma y la tempestad, la cascada y la corriente del río sin fin que riega mi existencia.
Poderoso árbol cuyas raices nutren mi ser, enmarañada enredadera que trepa los muros de mi desidia y mi desesperación.
Eres mi parte y mi todo, la calma dentro de mi tempestad, juez que ordena mi alma con la ley del deseo, exigiendo el diezmo de mi pensamiento.
Contraste que recorre mis venas, sedientas aún de tu savia vital, mientras riegan despacio las cenizas de mi voluntad.
Pero si tuviera que hacer un resumen... no lo eres todo... eres más.


11 oct 2011

Con tu permiso

Un día mas frente al teclado
esta noche me acompaño de una melodía
una vieja canción que dejó que suene esta vez sin ser yo quien la cante
la guitarra la dejé junto a la ventana
no quiero tocarla quizá porque al tocar su cuerdas
volvería a mezclarse mi sensibilidad y mis ganas de tocarte
y aúnque sé que no tardaré en volverla a cogerla entre mis brazos
apoyada sobre mi cuerpo no quiero un roce que no fuera tuyo en este momento
y el valor , la fuerza y los pactos
sólo puedo cumplirlos en forma de escritura
aún puedo volar , permitirme el soñar porque puedo marcar mis tiempos
aúnque no pueda cambiar el destino
a la vuelta de la esquina me espera una vida
no tengo miedo a saber lo que me depara
si tendría miedo a que no me recordaras
jamás me perdonaría el descubrirte
pero tampoco el que no te dieras cuenta
que una vida contigo es lo que anhelo
Mi principe no tardará en llegar
sólo espero que siga teniendo los ojos abiertos
para poder verte ...
y que el mundo siga girándo ....


Diligencia

Sabía que no podía luchar por mucho que lo hiciera
si me preguntaran diría que no formaba parte de mi imaginación
que en cada momento a su lado ví en su mirada lo que siempre en sus labios callaban

A veces nos mirábamos a los ojos uno frente al otro sin decir nada y tengo la plena convicción
de que esos segundos
para los dos significaba lo mismo

Hasta el último momento negaba todo aquello que pudiera permitirme soñar a su lado
pero entre caricias y besos con atención escuchaba mis canciones
y el silencio se convertía en un paraiso indescriptible en palabras
Quizá nunca entendí el porque se alejaba cuándo sé que añoraba todo aquello
y aúnque sabía que el tiempo marcaría nuestro destino
y aúnque sabía que no estarías a mi lado
no puedo evitar el pensar que no hay barreras y que sólo la muerte podría evitar tu recuerdo

tengo tu mirada clavada en mi retina
tus risas y momentos en el lugar más secreto
que sólo tu y yo sabemos

no logré el volver a conquistarte o quiza si
pero nuestro camino se bifurca
sólo puedo guardarte en mi corazón

hasta en el último momento estuve
" aúnque no traté de converncerte de nada "

Desde la lejanía estaré ahí
quizá un día vuelva a complementarse el juego de la casualidad
pero ahora sólo puedo dejar que sigas tu camino

sentada en un banco en la ciudad ... llueve
y aúnque quisiera volver a ese momento
sólo por saborear ese segundo en el tiempo

Te dejo marchar ... nada cambiará
" Todo lo que te quise , te quiero y te querré hasta el último día"

tocaste mi corazón y cómo en toda historía
los protagonistas son dos
te concederé el derecho de la espera

mientras esperaré al final de esa barra de madera queriendo perder el conocimiento ...






10 oct 2011

posición

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento en calma
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego me tumbaré mirando al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadida
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
ahora ya sólo puedo dibujarte ...




Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celosa imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos… vibró un beso,
y qué viste después…? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca



Guitarra

Sentada sobre la cama de hotel afino mi guitarra, punteando cada cuerda varias veces y tensándolas para llegar a su punto justo de partida.
Coloco el diapasón en Fa, apoyo las yemas de mis dedos contra las cuerdas de nylon y metal y empiezo a repasar una canción.
Su melodía produce eco entre estas cuatro paredes desconocidas, sus delicadas notas danzan sobre el mástil de madera como coristas de cabaret.
Se me pierde la mirada en la ventana, no canto, tengo la lengua dormida por falta de estímulos, pero agudizados los únicos dos sentidos que necesito para este momento.
Sumergida por completo en el rumor de los acordes y sintiendo hasta la más delicada vibración de mis punteos..


Entre cuatros

Echar la mirada atrás puede dar miedo. Pero, ¿qué hay que temer cuando eres tu propio guía?
Vamos dejando olvidadas en el tiempo, y solo en el tiempo, aquellas aventuras americanas, citas casuales, amigos, los mejores, confesores, compañeros de banda.
El último año ha sido un abismo de confusiones, tormentas y huracanes.
No sería tan bonito si hubiese sido fácil... y no debe de ser nunca fácil.
Las salidas de emergencia me han enseñado a venerar las derrotas superadas, las victorias efímeras, y la que podría parecer última batalla.
Prefiero medirme en esos trofeos que en feliz rutina... porque me hace sentir orgulloso de mis cicatrices, de lo que poco a poco, cuatro a cuatro, vamos arrancando.
Cada día es mejor... y cada día lucho por mi mejor versión, pequeñas luchas, pequeños demonios.
Todo esto y algo más... Ahora que he entendido que no quiero aspirar a ser el mejor músico... que seré más feliz como una cowboy de mis excentricidades musicales, mi bajo, mis canciones y mi soledad, escénica... es cuando he entendido que lo más importante para mi, es aspirar a ser tu mejor complemento, tu otra mitad.


La sabiduria del final


La noche se hizo más oscura, mas tenue que nunca, las luces que antes iluminaban
un largo camino han empezado a romperse una por una, dejando aquella
resplandeciente carretera en una vieja y destartalada ruina llena de recuerdos
que nadie volverá a ver.

Mientras oscurece, se planta en el suelo,
mirando las estrellas, preguntándose si a veces retroceder significa progresar y
si progresar a veces es un antónimo de si mismo, ya nada le recuerda a nada ni
nadie le despierta sentimientos en ellla, cansada, procurando mantenerse pero sin
tener donde agarrarse, buscando el equilibrio en un palo que no para de rodar,
que parece ser más fuerte pero que lentamente has ido aprendiendo a dominar a
base de la costumbre.

En el suelo viejas fotografías le recuerdan
aquellos días dorados, aunque no lo parezca ella no siente nostalgia por aquello,
pasó una buena época allí pero nada más, todo acaba terminando, nuestros ríos
siempre acaban desbordados por la propia afluencia que llevan, aprendió a saltar
a tiempo antes de ahogarse ente tanta corriente, entre tantas barreras, entre
tantas piedras que intentan marcarte tu camino, tapándote ciertas coses que
nunca has tenido pero que siempre has echado de menos.

Después de un
largo viaje, al fin vuelve a casa, al entrar aún puede escuchar aquellas voces momentos que tanto le habían
echo llorar de pena en su día y que ahora le hacen llorar de nostalgia, más sola
pero mejor acompañado que nunca, su ego nunca fue un impedimiento para él, sabía
donde estaba el norte y el riesgo que tenia el sur, sabía los diferentes matices
que podía tener una situación y había aprendido a ser más duro a base de golpes
bien recibidos.

Llama al local donde todo empezó un día y reserva un
turno para volver a tocar, la música volverá a ser escuchada por los pocos
privilegiados que aún se acuerden de aquel personaje descuidado con ganas de
comerse el mundo, todo volverá a ser como antes, pero para que algo recuerde al
pasado primero hay que romper a trozos el presente .


Diario de una agente especial

Los finales nunca son fáciles. Incluso cuando llegan por decisión propia, cuesta enfrentarse a ellos.
No es fácil dejar un grupo después de toda una vida compartiendo giras, discusiones, fans; por muchos motivos, y muy justificados que estos sean, por mucho que seas consciente de que la decisión es la correcta, dar el paso cuesta.
Lo mismo pasa cuando llevas toda tu vida trabajando como policía, por ejemplo. Y un día te cansas y decides quitarte el uniforme, tomarte tiempo para ti. Sin embargo, no puedes evitar seguir mirando si hay huellas en los locales que frecuentas.
Y ¿cuántos ex agentes especiales sonreirán cuando diga que ya pueden dejar de vigilar su apreciada lista? Que ya no hace falta que controlen criminales, ni que se pongan a seguirlos. Ya podéis quitaros de la cabeza la estrategia que seguirías para pillar a ése en concreto, podéis dejar de frustraros por haberlo tenido al lado y tan sólo haber podido avisar al agente de turno. Esa ya no es vuestra labor.
El hombre es, dicen, un animal de costumbres.
Si nos cuesta asumir cambiar esas etapas de nuestra vida, que sólo forman parte de la evolución de cada uno, que somos nosotros quienes normalmente las decidimos. Si se nos hace difícil porque convertimos algo material en algo sentimental, algo nuestro... ¿cómo afrontar el final de una relación? ¿Cómo afrontar que acaba porque una persona deja de existir? ¿Cómo enfrentarse a un mundo en el que esa persona ya no está?
A todos nos toca, antes o después, vivir esta realidad tan cruel. Lo vemos venir, somos conscientes de lo que está pasando. A veces tan sólo tarda unos días, otras veces ese tiempo se alarga... pero lo vemos venir. La espera es una agonía, es un castigo. Como si no fuera suficiente saber lo que viene, tenemos que ver cómo se les escapa la vida de entre los dedos poco a poco, segundo a segundo, calada a calada... Y esa maldita esperanza que no es bienvenida porque no la necesitas, no la has invitado, no quieres engañarte... pero se instala en tu corazón, como un amigo que viene a visitarte una tarde y decide quedarse un par de días en tu salón.
Amigos que te quieren dar su apoyo, que tienen miedo de que la oscuridad que sientes se te lleve, que quieren que seas consciente de que les tienes; pero que no saben que lo que necesitas es silencio.
Frases hechas, "Todo irá mejor" "Es cuestión de tiempo", que no ayudan porque uno no puede creer que el dolor que siente vaya a pasar en algún momento.
Recuerdos felices que te martirizan, que no puedes disfrutar porque te duele demasiado pensar que no crearás ninguno nuevo... no con él como protagonista.
Y el mundo que sigue girando, es mucho más feo, pero sigue girando como si nada. Tú te has roto, pero la vida sigue. Y no lo entiendes.
Y te pones a escribir, porque hiciste una promesa; escribes de una forma fría y mecánica. Intentando alejar las palabras de ti todo lo que puedes, como si no fueran tuyas. Y cuando estás acabando, cuando el nudo en la garganta amenaza con obligar a tus dedos a ponerse infinitamente más emotivos de lo que quieres, de lo que te permites, paras un segundo y coges aire. Y escribes las últimas frases aguantando la respiración.
No sabes si podrás seguir adelante. Ni si quiera sabes si quieres hacerlo en un mundo en el que esa persona ya no existe. Pero no puedes rendirte. No sin luchar.
Luchemos.



6 oct 2011

Lágrimas en el viento

Mi calma se convierte en tormenta cuando lo pienso, tengo un jardín repleto de flores, pero me falta la rosa mas apreciada, el niño de mi vida, mi pequeño Principe.

Sus noches son oscuras y solo conoce el silencio, la rodean de soledad y no entiende que mal hizo para merecer semejante castigo, pero es que eres tan pequeño... algún día mamá te lo explicará y podrás entender las irresponsabilidades de los adultos.

Todos los días sueño con que el tiempo muerto se canse de sus excesos, sueño que la justicia sea consciente de la injusta realidad, y sueño con el día en que la vida nos regala esa maravillosa oportunidad...

Tú caminarás de mi mano, me mirarás con tus ojos curiosos y todo mal quedará borrado de nuestras mentes, nuestra felicidad será plena y nos envolverá con tu sonrisa, risas que imagino pues nunca puedo recordar...

A veces en la noche me despierto sobresaltada con el oír de un llanto, y todo sueño se vuelve inquietud sabiendo que ese llanto podría ser el tuyo, que podrías ser tú el que grita en silencio, el que busca mi mano y no la encuentra... me angustio, me desespero y nuestras lágrimas siempre se mezclan con el viento.

No llores mi vida, yo lucharé por ti hasta el final de mis días, no dejaré que te arrastren por el camino del olvido, y que no te dejen disfrutar de una vida llena de cariño, de una vida de atenciones, de una vida... como la que se merece cualquier niño del mundo.

Porque lucharé por tí ... hasta el último suspiro.


Un sueño de mentira

Es una de las conclusiones más claras que mi corta vida me ha dejado de regalo en forma de experiencia, como un doloroso tatuaje reluciente sobre toda mi espalda, cabeza y zona céntrica izquierda de mi pecho.

La esperanza es una arma muy poderosa, que si no logramos domarla con la “maldita” realidad, termina cobrando vuelo lentamente y al mezclarse con los sueños; nos muestra su cara más peligrosa y en ocasiones también dolorosa que podamos imaginar.

En un principio todo es de colores, armonioso y musical. Donde todo parece tomar el camino ideal, donde lo incorrecto es pasible de corrección y donde aparentemente hay un solo final posible. El soñado. Pero es increíble como un día cualquiera, el gris comienzo a tomar posición dominante en el cuadro de colores de nuestras vidas.

El silencio encierra a las melodías musicales que bailaban por nuestra cabeza imaginaria, la tristeza aparece por primera vez en mucho tiempo, desplazando lentamente y sin ningún remordimiento a esos sueños que se creían perfectos e intocables.

La realidad aparece bruscamente tras levantarse el telón de nuestra ceguera, como en una obra de teatro que esconde el verdadero show que pronto estará por comenzar. Pero éste no es de final feliz, éste es de los Shakespeare, donde Romeo y Julieta no terminan juntos por siempre, como a uno generalmente le gusta imaginar, le gusta inventar, creer, crear un segundo final que por defecto no es el destinado a darse.

Es por esto, que a aquellos soñadores empedernidos, como yo, les recomiendo no engañar sus expectativas con sueños tontos.

Porque los sueños siempre serán eso, sueños; y muy pocas veces logran tener una relación directa con la realidad. Sin embargo, caprichoso, yo seguiré apostando a que una de esas pocas veces que se logran mezclar con la realidad, a que esa escasa posibilidad, será la próxima. Y por lo tanto, volveré a caer en el camino fácil, el de creer en ellos.


Romeo y Julieta

“Ambos saben que es prohibido.”

El destino quiso hace ya unos cuantos años atrás, cruzar sus vidas una agradable tarde noche otoñal.

Ella una bonita y elegante dama proveniente de una famosa familia artística, su talento y su inteligencia combinaban a la perfección con su belleza y su seducción. Ella podría tener prácticamente todo al alcance de su mano.

Él un joven soñador de familia respetada por una sociedad diferente, alejada de los escenarios y de los buenos hábitos. Su imaginación y sus conocimientos eran su principal destreza, su gusto por lo diferente su principal atracción, su principal inspiración.

La tarde parecía llegar lentamente a su fin mientras la claridad desaparecía por el horizonte, la música sonaba de fondo y la fiesta de disfraces se desarrollaba con total normalidad.

Ella era una de las invitadas de honor, su cargo de alto rango en la ciudad la hacía una de las personas más esperadas en la fiesta. Los medios no podría perderse la oportunidad de tomar algunas fotos en íntimos pero ella se había encargado de hacerles la tarea imposible con un audaz disfraz que la mantendría en incógnito durante toda la noche.


“Sólo su inconfundible sonrisa la delataba.”

Él había logrado entrar en la fiesta sin obvia aprobación de las autoridades, su familia no era por ciertos motivos legales aceptada en la ciudad pero el desafío de mezclarse por unas horas le divertía enormemente. La satisfacción era gigante mientras detrás de la escalera principal podía divisar desde una zona elevada a todos los invitados de privilegio que la fiesta tenía. Figuras políticas, jueces, oficiales, artistas destacados, ciudadanos adinerados que solían hacer grandes donaciones, entre otros.

La música tuvo una pequeña pausa mientras por los altoparlantes se anunciaba que los mozos recorrerían el salón con delicados bocadillos y variadas bebidas. Era una pequeña pausa donde la habilidad de socializar decía presente entre aquellas personas que sus disfraces permitían una fácil identificación.

Ella sin embargo buscaba alejarse de la rutina y se divertía con sus amigas cada vez que alguien preguntaba por su presencia. Esa noche se sentía un poco más libre que de costumbre. No había mayores compromisos ni presiones.

Él recorría el lujoso jardín en solitario. Saludando educadamente a cada uno de las autoridades rivales de su familia. Se divertía al recibir cada cordial saludo mientras bebía con elegante pose, sin descubrir en ningún momento algún rasgo de su rostro.


Una bonita canción comenzó a sonar repentinamente mientras las luces se esfumaban entre una pequeña ronda de humo artificial que decoraba la zona de baile, dándole un toque ideal para la diversión. Los vasos fueron quedando abandonados en las mesas perimétricas mientras la música extraía las ganas de bailar en cada uno de los invitados allí presentes, repletando el patio del jardín en solo cuestión de segundos.

Él camino entre las personas hasta llegar a una esquina donde la luz de las velas resaltaba la sonrisa de una hermosa señorita que bailaba junto a sus amigas.

Ella se divertía bailando mientras sus amigas la incitaban a invitar a bailar a un extraño joven enmascarado que ahora venía caminando directo hacia la esquina del jardín donde ellas se encontraban.

Antes de decir una sola palabra el joven eclipsado por la belleza que tenía ante sus ojos extendió la mano delicadamente invitándola a bailar. Solo con sus labios y su brillante cabello rubio al descubierto, ella miró fugazmente a sus amigas antes de de estirarle la mano en respuesta a su sencilla propuesta. Ella tomó su mano. Él dejo escapar un inmenso suspiro mezclado con una tibia sonrisa encasillada. Ella sintió como su mano derecha se entrecruzaba con la suave mano del extraño joven. Él sintió los delicados dedos de ella entre los suyos. Encontró en el camino un gran anillo dorado que lo decía todo, él levantó la mirada hasta encontrarse con sus ojos. Ella notó en su mirada juventud y picardía desafiante que provocó una pequeña sensación en su cuerpo. Ambos se sonrieron y se acercaron lentamente dispuestos a disfrutar de una pieza musical.

En ese mismo instante una nueva canción comenzaba a sonar, lenta y hermosa canción. Las luces que al momento iluminaban suavemente el jardín desaparecieron, dejando que solo las velas dieran claridad en la noche. Un paisaje perfecto...

Ellos bailaron la canción despreocupándose por un instante de las distintas realidades que los rodeaban. Sin saberlo, dos familias eternamente enemigas se habían cruzado casualmente y, escusados en un baile, ahora se encontraban a escasos centímetros de distancia. El sentía su inconfundible aroma, ella sentía como el corazón del joven se aceleraba en cada movimiento, en cada cruce de mirada.

La canción llegaba a su punto final, ambos querían descubrir sus rostros pero los riesgos eran incalculables, aún sin conocer realmente lo que en ese momento estaba pasando. Él se acerco y le susurro unas palabras al oído. Ella lo miró y le regaló un profundo beso en la mejilla.

La pieza musical terminó repentinamente, ambos podían sentir como sus manos se distanciaban al ritmo de la siguiente canción. Sus miradas sin embargo permanecían entrelazadas mientras reculaban lentamente... Así hasta perderse de vista mutuamente entre tantas personas con disfraces, entre tanta realidad a la luz de las velas.

Antes de separarse, él le había susurrado su nombre al oído, “Romeo”. Ella, tras el beso en la mejilla le había dibujado su nombre con los labios, “Julieta”.

Ambos se perdieron en la fiesta y no volvieron a encontrarse esa noche. Ambos, se fueron con nuevos raros sentimientos dando vueltas en su interior, que lejos estaban de lo que imaginaban para esa noche de disfraces.

“Aquella primera noche fue solo el comienzo...”

Ambos sabían que debían volver a encontrarse, el como y el donde aún no lo tenían claro. Solo sentían algo nuevo que ocupaba crecientemente sus pensamientos.

No habrá adversidades que logren distanciarlos, ni realidades que puedan impedir que vuelvan a encontrarse, una vez, otra vez, y otra, y otra... Sus familias siempre serán enemigas, sus vidas siempre serán distintas, lo prohibido nunca dirá “ausente”, el amor siempre estará presente..


Reencuentros

No hay duda alguna de que la vida a lo largo de su estadía nos regala una infinidad de momentos diferentes.
Cada uno de ellos con sus características muy únicas y algunas de ellas muy difíciles de materializar en palabras.

Hoy dejo a un lado la rutina, y escojo cuidadosamente uno de esos momentos para intentar comprender y expresar en papel su significado. Este momento seleccionado, forma parte de “los reencuentros”.

Como todo en la vida, siempre hay un punto de partida, de inicio, de salida donde comienza a escribirse una nueva etapa... En este caso el reencuentro nace cuando los ojos vuelven a cruzar en su camino un rostro familiar, que puede ser descifrado rápidamente o tomarse su tiempo para hacerlo. Cuando el rostro refleja en el aire una silueta de alegría o tristeza, dependiendo lo que ese reencuentro haya significado en el pasado. Cuando la pregunta ¿será posible? no deja de ocupar completamente los pensamientos.

Generalmente cuando un reencuentro importante, significativo, aparece en nuestras vidas, el tiempo previamente se ha encargado de escribir historias distintas en cada una de esas personas. Caminos que ya no son tan compatibles como antes o al menos, que dificultan lo que hace un tiempo atrás los había cruzado en un mismo recorrido.

De todas las combinaciones, seleccionaré la más intensa, la más extraña, la más difícil de dominar y entender. Cuando el reencuentro se da entre dos personas que antes, solían divertirse juntos, donde el tiempo se hacía corto y donde los sentimientos jugaba un papel realmente interesante.

¿Qué sucede cuando esas mismas personas que la vida en el pasado dividió sus caminos, sin imaginar que no sería para siempre, se vuelven a encontrar con el paso del tiempo? Cuando con realidades tan distintas esas miradas vuelven a chocar en algún bar, en alguna plaza, o en cualquier desconocido lugar. Cuando la casualidad parece la culpable pero la posibilidad de que alguno haya forzado ese momento tan especial también se respira en el aire. Cuando de repente a nuestros cuerpos regresan las mismas sensaciones que hace tanto tiempo estaban olvidadas en la rutina...

Es ese reencuentro, imposible resumirlo en simples palabras, cuando la posibilidad de corregir decisiones fáciles tomadas en el pasado, nos brinda una segunda oportunidad para cambiarlo todo. Sin importar cuantos grados haya que girar, obedeciendo exclusivamente nuestros instintos.

Ese momento tan especial, puede estar a tan solo unas cuadras de distancia, o la vuelta de la esquina, siempre que los bonitos recuerdos se mantengan intactos con el paso del tiempo. La oportunidad no es más que una puerta sin seguridad, que espera ser abierta en cualquier instante..


¿ El amor es energía ?

Queridos lectores,

hoy quiero empezar este artículo haciéndoles una pregunta: ¿qué es el amor para ustedes? Para muchos, el amor es la energía que les hace moverse, que les hace sentirse vivos, para muchos el amor es eso, energía. Pero, ciertamente, la energía no se crea, ni se destruye, simplemente, se transforma.


Por un instante, recuerde aquel viejo y primer amor, ese que le hizo hacer muchas cosas temerarias, de esas que, ahora con la cabeza fría y sensata, uno se pregunta ¿cómo me atreví a hacer eso ó aquello? Porque hoy ya no está ese amor, se transformo el amor en amistad, en los mejores casos, o, quizás, en enemistad, como lo es para muchos otros.

De ese amor, que seguramente ahora se está acordando, querido lector, es el que yo describo como energía Si nos centramos en esa idea de que la energía no se crea ni se destruye, simplemente se transforma, ¿ no empieza a tener claridad y lógica que el amor, efectivamente, es una energía?

¿Cuántos de nosotros no hemos tenido un gran amor que hoy en día es nuestra peor pesadilla? ¿Cuántos de nosotros no hemos tenido un amor por el cual dábamos hasta la vida, y hoy estamos vivitos y coleando, pero sin ese amor?

Es por eso que yo les invito a que reflexionen conmigo, y que antes de que empiece a generar esa energía llamada amor se cuestione si la está creando y mucho menos si la está destruyendo, ese amor, ¿en que quiere que se transforme?. Solo recuerde que uno está, como quiere estar y donde quiere estar, y que a una mujer enamorada no la derrota nadie. Hasta la próxima reflexión


4 oct 2011

Entre cuatro paredes

Poco a poco amanece, el alba llega con los primeros rayos de luz, y a través de la ventana chocan en tu cuerpo desnudo, que esta noche ha formado uno junto al mío.

Con toda la tranquilidad y serenidad de mi despertar empiezan a mezclarse los recuerdos de las horas anteriores que devuelven a mi cabeza la pasión con la que desatamos nuestros corazones, y consagramos nuestro amor con la unión de nuestras mentes.

Con la intensidad de la luz de un nuevo día, se avivan los sentimientos que hacen que noche tras noche me sienta un ser afortunado por tenerte junto a mí,

por saber que entre las cuatro paredes de tu cuarto me siento protegida y que me hacen desear que nunca acaben los momentos en los que miro tu cara, momentos que no hace si no mostrar la mas absoluta paz, en ese momento es en el que me gustaría estar dentro de tus sueños.

Siempre fuí un alma apagada escondida tras una sonrisa que ocultaba la soledad en la que me hallaba inmerso hasta el día en el que te conocí, ese día supe que cambiarías mi vida.

La llama de tu corazón iluminó al mío de tal manera que no concibo la vida sin que tu estés a mi lado, mis ojos reflejan todo lo que mi ser siente,

es por eso que las palabras “Te Quiero” me suenan a poco para todo lo que deseo expresar, aunque estoy seguro de que mis actos hablan por si solos y los años que deseo que pasemos juntos demostrarán el resto ...


Sin miedos ..ni fantasmas...

Nuestras vidas suelen estar colmadas de miedos. Cuando somos jóvenes e inexpertos nos aventuramos a conocer el mundo, a crear proyectos y perseguir nuestros sueños con ansias de logros, fama y riqueza; experimentamos el miedo al fracaso, a lo desconocido, a no alcanzar lo que nos proponemos, a quedarnos estancados, a ver como se cierran algunas puertas y como gente que hoy estaba a tu lado se marcha para no volver en mucho tiempo.

A medida que pasa el tiempo nos damos cuenta de que al fin superamos esos miedos, conseguimos estabilidad, acumulamos experiencias, éxitos. Hemos aprendido valiosas lecciones, hemos tomado importantes decisiones y conocido gente que de alguna u otra manera ocupa un lugar valioso en nuestras vidas. Llegamos a sentirnos completamente equilibrados y satisfechos con las cosechas que alguna vez sembramos y los frutos que de ellas recogimos. Pero la vida siempre nos presenta situaciones que cambian nuestros esquemas, que nos hacen perder el equilibrio, replantearnos cosas y reviven esos miedos.


A menudo, acostumbramos a tomar como referencia a pasadas experiencias -aquellas historias de fracasos que nos hicieron sufrir alguna vez y que curiosamente son rescatadas de nuestro inmenso baúl de recuerdos- al momento de enfrentar estas nuevas. Ignorando que, aunque sea fundamental aprender de nuestras vivencias y de los errores que cometemos, no existen dos historias iguales. El problema no es pensar en el pasado y contrastarlo con el presente, sino permitir que los viejos fantasmas se apoderen de nuestra confianza, que los miedos fundamentados en la trillada frase de "procura no tropezar dos veces con la misma piedra" invadan, nublen la mente y el corazón.

En el amor, esto sucede con mayor frecuencia ya que es una energía capaz de transformar y envolver a los que participan libremente en ella. Capaz de unir a aquello que la razón ve imposible, de cambiar todo lo que somos e incitarnos a ser lo que siempre quisimos ser, de enloquecer al más cuerdo, de perturbar los ideales más arraigados, de ignorar las leyes que traten de interferir en su manifestación. Por lo tanto, al enfrentarnos al amor no podemos cometer el grave error de dejar que los fantasmas del pasado creen incertidumbres e inseguridades.

Es por eso que al amar debemos olvidar los prejuicios, los fracasos, las viejas historias, las supersticiones. Y centrarnos en escribir a puño y letra, junto a esa persona, una nueva e irrepetible historia colmada de momentos inolvidables, procurando disfrutar de ellos a plenitud. Sin que nos desconcierten los atroces finales ya experimentados, las probabilidades o los inevitables temores que sentimos al exponernos a la peligrosa e impredecible travesía del amor


Ramificación del ser

¿Alguna vez habéis soñado en alargar un instante?

Los relojes retumban a tu alrededor marcando que cada vez queda menos, que cada suspiro te acerca al final y que no hay forma de poder parar este avance.

En el ser humano, al contrario de la tecnología, el progreso es sinónimo de decadencia, a todos nos gustaría ser para siempre jóvenes. Nos gustaría poder siempre llevar el ritmo que llevamos a los veinte años, siempre pensando en comernos el mundo y de qué modo hacerlo, sin preocuparte del futuro, porque pareces tener el control de lo que sucederá en todo lo que te queda de existencia.

A veces la reflexión nos lleva a la amargura. ¿A quién no le ha dolido la cabeza de tanto pensar en un asunto? Todos alguna vez nos hemos ido a dormir preguntándonos si mañana volveremos a despertar igual, si nuestro organismo va a seguir respondiendo igual que lo ha hecho hasta ahora y preguntándonos (en caso de que no despertáramos) si nos espera algo mejor en algún lugar.

Fueron muchos los años que estuve ligado al determinismo a causa de la educación que recibí en mi tierna infancia. Digamos que mis padres siempre me habían dicho que el futuro estaba escrito en algún lugar, como si de un guión de película se tratara. Solo debía preocuparte seguir ese guión y tener una cierta estabilidad en tu vida.

Mientras voy aprendiendo más de mi experiencia, he llegado a una reflexión que me ha servido todos estos días para poder seguir escribiendo. No pretendo ser una gran escritora y tampoco me lo considero.

El tipo de escritura que practico está al alcance de todos aquellos que deseen plasmar sus pensamientos en un trozo de papel sin tener grandes conocimientos previos sobre cómo se debe escribir un artículo o sobre cómo se debe llegar al corazón de una persona.

Pero lo que sí que debo admitirme a mí misma, si quiero ser totalmente franca, es que todo lo que escribo es puro. Son pensamientos que salen desde mi interior y que quedarán plasmados en todas estas revistas a lo largo del tiempo.

La reflexión a la que he llegado y que -hasta ahora- no había comentado es que para ser inmortal, no hace falta esperar nuestra última hora. Intenta tener una buena vida, saca tu pluma y escribe todo lo que piensas, tus reflexiones, tus penas, cuando alguien te hiere y cuando alguien te alegra.

La inmortalidad se consigue plasmando tus sentimientos en algún arte. Todos debemos plasmar nuestra forma de vivir y pensar. Todos somos filósofos, y no debemos conformarnos con vivir.

Debemos prestar atención a todo lo que nos rodea y escribir sobre ello. Solo así, una persona puede llegar a convertirse en un mito.

La vida es breve y bella. No dejes pasar la oportunidad de plasmar esa belleza en algún lugar. Se generoso con la oportunidad que se te ha otorgado.


perdón ... por opinar

Cuando uno está muy seguro de algo, no tiene reparo en repetirlo una y otra vez. A todas horas. A cualquiera que quiera escucharlo.

Al contrario de lo que se cree, no es una cuestión de ego; más bien se trata de ese extraño sentimiento que nos embarga ante la revelación de lo que creemos es una verdad indudable.

Y es que en los tiempos que vivimos, lo común es dudar de todo y no creer en nada.

Con el tiempo, uno convierte estas creencias en verdades. Se olvida de que existe la posibilidad de que no sean ciertas, se les otorga el adjetivo de "absolutas" y se dedica a defenderlas a capa y espada, incapaz de contemplar cualquier otra posibilidad.

A veces, este proceso lleva años. En ocasiones, es cuestión de un par de días.

Supongamos que comienzan unas elecciones y al candidato que apoyas le sale un competidor. Investigas la situación un poco y terminas por convencerte de que será imposible ganar. Supongamos que, llegados a ese punto, te pasas dos semanas diciéndole a todo el mundo que va a perder, que es una pena, pero que todo llega a su fin.

Supongamos que, como amigos tuyos que son, intentan animarte una y otra vez apelando al optimismo y tú, borracha de una certeza autoimpuesta, te dedicas a rechazar sus ideas con una sonrisa. Llegado el día en el que se revela al ganador, cuán grande es tu sorprensa al descubrir que te has equivocado.

Y ¿qué puedes hacer ahora? Pues aguantar el chaparrón.


Lo que tiene airear una opinión, una creencia o cualquier teoría como si fuera una verdad absoluta es que, en el momento en el que se descubre que no es así, lloverán sobre uno una cantidad infinita de comentarios acerca del error cometido. Comentarios repetitivos y básicos. Comentarios sarcásticos. Comentarios que se parecen extrañamente a todos los que tú hacías cuando defendías tus -ahora- conjeturas.

Todo tiene un precio a pagar en esta vida. No se puede cometer una acción sin esperar una reacción, del tipo que sea. Uno no puede equivocarse y esperar que nadie diga nada.

Al fin y al cabo, errar es humano; y echar en cara esos errores, muy nuestro.


2 oct 2011

Paleta de colores

Esto es cómo un lienzo ,tengo los colores preparados y mezclados en la paleta
y comienzo a pintar ..miro hacia la ventana y siento cómo el aire ondea mi pelo es extraño.


De pronto sentí tu perfume.. será que te siento aquí cómo tantas veces.
Eres la única persona que sabiendo un poco lo que me ocurre estas aquí cuidándome.

Me llamas me mandas un mensaje y para mí es cómo si me dieras la vida porque me regalas una sonrisa.
Dentro de los colores de mi paleta he encontrado un color en el que nunca me había fijado
quizá porque quedaba al lado del rojo creo que te pusiste aquí porque ese es tu color preferido..
y sin duda tu estas al lado de las cosas que te gustan ...

asi que estoy empezando a pintar el cuadro con ese color y mezclándolo con el tuyo y sabes
el resultado empieza a gustarme te estoy viendo en el cuadro y sin quererlo en las pocas lineas que llevo ya del blog.

Estas empezando a ser el protagonista de mi historía así que porque no empezaré a escribir mi primer capitulo contigo.




1 oct 2011

La pequeña gran crisis

La treintena se acerca y, con ella, la crisis propia del cambio de decenio en la edad. No es más que eso en realidad, cambia la primera cifra.

El problema reside en que normalmente, y durante diez años, solo varía la última de nuestra edad. Pero en los treinta, cuarenta... y en todos los comienzos es el momento de plantearse muchas cosas, de comer muchas barritas de chocolate o comprarse muchos coches nuevos, y de intentar hacer lo necesario para cambiar tu vida y convertirte en la persona que soñaste ser y, no nos engañemos, no has llegado a serlo a pesar de pasar casi diez años.

A los veinte no la hay, todavía no eres consciente de todo lo que va a cambiarte la vida, y cómo vas a cambiar tú mismo y tú misma en los siguientes.

Pero a los treinta comienza la verdadera fiesta del autoconocimiento personal. De mirar con lupa las grietas e intentar repararlas, de mirar las facturas de liposucciones e implantes de pecho e intentar hacer la siguiente en una clínica mejor para que duren más tiempo, para que se note menos que no son completamente tuyas por mucho que las hayas pagado.

Llega entonces también el momento de recordar todo lo que con apenas 16 años decidiste que tenía que ser tu vida futura, ya de mujer. Y de darte cuenta de lo inocente e infantil que fuiste cuando te cargaste de valor para dejar el hogar materno y viajar por el mundo en busca de emociones y alguna meta.

Decidiste que tenías que enamorarte, casarte y tener hijos. Que tenías que ser feliz. Que tenías que dar el ‘sí, quiero’ un día de San Valentín rodeada de todos tus amigos. Decidiste que darías un regalo de recuerdo a tus invitados, y que luego comerías tarta y bailarías con todos y cada uno de ellos. Que ese momento solo podrías vivirlo una vez en tu vida y que después vivirías feliz para siempre en la senda de la felicidad definida.

Decidiste también que tenías que ser una estrella de la música, que venderías miles de copias de tus discos, que compondrías tus propias canciones, que te perseguirían con cámaras de fotos porque serías la estrella más buscada, que darías conciertos ante multitud de personas, que la prensa escucharía tus divinidades, que las nuevas generaciones imitarían tu estilo.

Tantas cosas y tantos sueños y tantas ilusiones depositadas, que apenas te dio tiempo de darte cuenta de que olvidabas que eso era lo que se esperaba de ti. Que nadie esperaba que los cuentos tuvieran un final muy distinto al feliz. Que los amigos vuelan igual que vuelan las águilas. Que los hijos crecen e ignoran todas las enseñanzas. Olvidamos que no siempre el público necesita miles de ídolos a los que seguir y que el éxito en la carrera musical es algo más complicado de lo que soñamos cuando éramos solo unos adolescentes.

Olvidamos que, quizás, nos enamorábamos de la persona menos indicada y que no podríamos decir en público jamás que era el amor de nuestra vida, que quizá un día decidías que era mejor cambiar los recuerdos de la boda que un día soñaste entregar a tus amigos por un encuentro fugaz en el antro más escondido de la ciudad más lejana del planeta.

Y lo que un día soñamos que seríamos nos persigue en la crisis de los treinta. Y cambiamos los zapatos con cordones por unos zapatos de tacón de aguja color negro y compramos un vestido nuevo para dejar el traje negro colgado para siempre en el fondo del armario.

Y te das cuenta de que da igual lo que quisiste ser y da igual lo que ahora seas. Lo que importa realmente es seguir despertando cada día ver tu buzón de correos de casa repleto de tarjetas de felicitación de amigos. Que tu vida no ha sido como planeaste que fuera, pero al fin y al cabo ha sido una vida. Y lo mejor, siempre, está por llegar.

Así que comes una deliciosa tarta de cumpleaños y afrontas el nuevo decenio sabiendo que solo han pasado unos pocos años de tu vida


siempre hay esperanza para el amor

La primera vez que creí enamorarme era demasiado joven.

Pensé que aquello era de verdad, que me quería y le quería. Sin embargo, el tiempo puso todo en su lugar y, de repente, nos vimos sin gasolina en medio de una larga carretera.
Él huyó y yo esperé a que apareciera alguien para socorrerme. No he vuelto a saber de él, aunque ya no le guardo rencor.

El primer amor nunca se olvida, pero dudo tanto que él piense en mí ahora mismo...

La segunda vez que creí enamorarme sentí explosiones de felicidad en cada rincón de mi cuerpo. Le miraba embelesada, le reía todas las gracias...

Podía estar horas acariciando su pelo, pasarme días enteros escuchándole tocar la guitarra. Mi entorno me decía que estaba tonta, que no parecía yo. No me importaba lo que dijeran, sólo quería tenerle a mi lado siempre.

Pero un día me levanté y su pelo me pareció grasiento, su guitarra irritante.

Nos gritamos todo el rencor que llevábamos dentro y la distancia hizo el resto. Le sigo por la prensa, le observo en fotos, pero nunca me he atrevido a escribirle.

Dicen que el olvido es la distancia y en esas seguimos: separándonos y olvidándonos.

Soy joven, pero ya he sufrido decepciones. Me pregunto qué falló y siempre busco culpables en los otros. ¿Y si soy yo? ¿Y si no soy capaz de entregarme?

Entonces llamo a mis padres, que se quieren con locura desde hace años, y sentencian todas mis reflexiones diciendo: “Siempre hay esperanza para el amor”.

Les creo, siempre les he creído, pero ahora que todo se ha roto otra vez me pregunto si existe eso que llaman amor...

y, sobre todo, me pregunto si habrá un amor para mí ahí fuera.