Goodbay

Vistas de página en total

28 mar 2013

COMPRENSIÓN





Tengo en la memoria cada una de las palabras que nos regalamos.

Las tímidas del principio, amistosas según pasaban los días,
el fuego encendido que encontró el amor entre las llamas y nos salvó a ambos de congelarnos.


Los te quiero que se fueron difuminando en una enfermedad demasiado rápida y mezclándose con el adiós.


Me gustaría poder reflejarlas todas por escrito.
Nadie hubiera escrito unos diálogos más intensos,
un libro que te costaría soltar y en el que te empeñarías en aferrarte a la última página
para no tener que terminarlo.



Mi piel aún se estremece con el recuerdo de cada una de tus caricias ....

tiembla con la memoria de tus labios, suspira con el sabor de tu sudor rememorado en mi lengua.
Mi carne aún pide la tuya y late mi sangre con el ascua de tu calor.

Si pudiera transmitir mi deseo, mi placer, estallaría el mundo en gemidos a mi alrededor.


Cuando crees encontrar la otra mitad de tu esfera, que encaja perfecta, pulida.. sin vértices,

no te unes, te fusionas. Cuando tus ojos se cruzan con los ojos que les hacen brillar, se apagan a la vez. Cuando tu corazón está entregado, atado, perteneciente a otro, cuando ese cuerpo muere te lleva con él.


Por eso aquí tienes mi amor, eterno, entregado, memorable, hambriento. Por eso no seré nunca la misma porque la que era ha muerto. Por eso aunque encuentre nuevos caminos tú siempre irás en mí.









13 mar 2013

UNOS MINUTOS A SOLAS







Intentaré hacerlo, ahora que puedo.

Ahora que mis ojos han dejado de estar húmedos.
Observarás algunas gotas en el papel... no es más que agua derramada en un despiste mientras escribo.

La enfermera me ha colocado el respaldo de tal forma que me encuentre lo suficientemente erguida para poder escribir.
Mi pretexto ha sido dolor de espalda estando tumbada.

En cuanto se ha marchado, he aprovechado el papel y el bolígrafo que a algunos de nosotras (las lisiadas sin remedio) nos dejan encima de la mesa para dar nuestro último adiós.



Un día como hoy se hace ironía que tenga que despedirme.

Un día donde se premia la atención, la cercanía, la pasión en las parejas.
Donde se premia precisamente el estar presente.

Quería, sin embargo, mostrarle a San Valentín que no todo hoy es estar con la persona amada si no se puede.
Eso, tú y yo, lo hemos hecho a diario.

Me he embriagado -sin cansarme- muchos días de tu sonrisa, de esa carcajada de niño que soltabas cuando mis dedos buscaban tus cosquillas, cuando interrogaban tu cuerpo buscando respuestas.

Sí, es una despedida, pero aún siéndolo, déjame demostrarle al santo que puedo irme de tu lado amándote como si estuviera todavía contigo.

Haciéndote sentir, en todos los números que vuelvan a marcar esta fecha, que sigo siendo tu amante allá donde me encuentre.

Todavía recuerdo cuando en la oscuridad me preguntabas cual era mi mayor miedo.
Creyendo tú que me encontraba con los ojos cerrados, te miraba, fijamente,
averiguando tu silueta en la penumbra y pensaba sin dudarlo que mi mayor miedo era irme de este mundo y no volver a verte nunca más.
Desviaba el tema y hablábamos de otra cosa.

Ahora, que me encuentro a punto de embarcar con sólo billete de ida, no dejo de pensar en ti.

Jamás te sientas culpable de esto. Sabes bien que lo único que he querido siempre ha sido hacerte feliz,
que me he considerado la mujer más afortunada viéndote bien, y que si de mi hubiera dependido,
en el pasado nadie te habría hecho el más mínimo daño antes de conocerme.

En cierto modo, morir deja de darme tanto miedo.
No hago más que repetirme, mientras escribo con mano temblorosa, que lo que mi boca calle con la muerte, mi corazón te lo seguirá susurrando cada vez que leas estas palabras.

Un corazón que tiene de dueño tu nombre.

Este mundo deja de tener sentido si no puedo abrazarte como antes, deja de tener sentido para mí el seguir respirando artificialmente cuando cada una de mis bocanadas de pulmón han ido dedicadas a ti.

He sido una mujer fiel y la más feliz del mundo.

He sido fiel porque jamás me ha costado ningún esfuerzo, y he sido feliz porque contigo no he podido nunca encontrarme dentro de otro estado. Sabes que siempre he sido celosa. Sí, lo sabes.. Dios, por alguna extraña razón que me tendrá que explicar en breve, (porque prometo que le pediré explicaciones) no lo ha visto apropiado.

Quiero que rehagas tu vida, con alguien que te cuide, que te quiera más de lo que yo te he querido, a excepción única de que no me olvides, por favor.

Permíteme seguir amándote desde ahí arriba, donde seguramente me tocará conocer por primera vez el aburrimiento al no tenerte,
donde pese al estado místico del momento, nada se comparará nunca al olor de tu pelo, el hacer planes tumbados boca arriba en la cama sobre cómo serían nuestros hijos, y hasta donde sentaríamos a tu madre y a la mía el día de nuestra boda.

Mi vena clásica me llama hasta en momentos como este. “Verba volant, scripta manent”.

Lo escrito se mantiene, pero te aseguro que más se mantiene lo que un hombre ha forjado a fuego en el corazón de una mujer.
Pelearé contra el santo más rebelde, contra el ángel más robusto, si alguno de ellos intenta borrarme tu nombre del alma.

Me niego. Quiero quererte siempre. Los dolores me visitan con más frecuencia, trato aún así de seguir firme sobre el papel.

¿Es posible poder sentir alguna presencia en esta habitación, donde sólo me encuentro yo con tu recuerdo?

Te reías de mi cuando decía creer en estas cosas, pero creo que quién tiene que recogerme, me observa complacido mientras trato de despedirme de ti.

" Hazme el amor cada vez que leas esta carta, piensa que me lo haces una vez más "

Sigue adelante, amado mío, y cada uno de los días que marque San Valentín en tu calendario a lo largo de los años,
lee estas palabras para saber que desde el cielo bajaría para morir cuantas veces hicieran falta por ti.

Hagámoslo bonito, cantemos juntos, yo ahora y tú cada vez que me leas, el fragmento que por mí te dice adiós,

esa parte de nuestra canción íntima que nos cantábamos el uno al otro sustituyendo de forma genial las palabras del sentir.
Siempre hemos sido originales.

... Hasta para amarnos .









PEDAZOS




Nadie se acordará de nosotros cuando hayamos muerto y no importa
será justo en ese instante
cuando las almas errantes viajarán en el tiempo y en el espacio hacia la fuente , nuestro origen.

Dónde la energía que mueve el orden de las cosas fluye ajena al exterior
donde lo notorio son los latidos, donde Vida se escribe en mayúscula y es una en la que los rayos se cuelan a diario para templar con su calidez la piel.

Las minúsculas arrugas en la comisura de los labios y alrededor de mis ojos
delatan medias sonrisas y miradas que de tanto en tanto gustan de fijarse en ombligo ajeno.

Fuerzas superiores bendicen definiciones que lejos de sonar disparatadas
se aúnan consolidando el mantra universal que rige mi mundo.

La tristeza es algo inherente al ser humano, la felicidad...
bocados de efímera realidad que alimentan los interminables sueños en los que elegimos vivir.

Nadie debería esperar nada a menos que se haya rendido a El, como yo.












3 mar 2013

Siendo mentira




Es una de las conclusiones más claras que mi corta vida me ha dejado de regalo en forma de experiencia, como un doloroso tatuaje reluciente sobre toda mi espalda, cabeza y zona céntrica izquierda de mi pecho.

La esperanza es una arma muy poderosa, que si no logramos domarla con la “maldita” realidad, termina cobrando vuelo lentamente y al mezclarse con los sueños; nos muestra su cara más peligrosa y en ocasiones también dolorosa que podamos imaginar.

En un principio todo es de colores, armonioso y musical. Donde todo parece tomar el camino ideal, donde lo incorrecto es pasible de corrección y donde aparentemente hay un solo final posible. El soñado. Pero es increíble como un día cualquiera, el gris comienzo a tomar posición dominante en el cuadro de colores de nuestras vidas. El silencio encierra a las melodías musicales que bailaban por nuestra cabeza imaginaria, la tristeza aparece por primera vez en mucho tiempo, desplazando lentamente y sin ningún remordimiento a esos sueños que se creían perfectos e intocables.

La realidad aparece bruscamente tras levantarse el telón de nuestra ceguera, como en una obra de teatro que esconde el verdadero show que pronto estará por comenzar.


Pero éste no es de final feliz, éste es de los Shakespeare, donde Romeo y Julieta no terminan juntos por siempre, como a uno generalmente le gusta imaginar, le gusta inventar, creer, crear un segundo final que por defecto no es el destinado a darse.

Es por esto, que a aquellos soñadores empedernidos, como yo, les recomiendo no engañar sus expectativas con sueños tontos.

Porque los sueños siempre serán eso, sueños; y muy pocas veces logran tener una relación directa con la realidad.

Sin embargo, caprichoso, yo seguiré apostando a que una de esas pocas veces que se logran mezclar con la realidad, a que esa escasa posibilidad, será la próxima.

Y por lo tanto, volveré a caer en el camino fácil, el de creer en ellos.


1 mar 2013

GUARDANDO SILENCIO




Este abrazo de palabras es para dedicarte
aquello que mis labos no supieron decirte

Sí, porque eres tú quien sin pretenderlo ha abierto una brecha en mi corazón,
justo en el lugar de los parasiempres, enredando dudas en su interior, tejiendo una frágil tela de preguntas imposibles de responder si intento ser mínimamente coherente.

Tú, que a pesar de saberte inalcanzable para mí, haces que cada palabra tuya sepa a un sorbo de ese raro elixir que llaman felicidad. ¿Felicidad? Demasiado pretencioso, tal vez la palabra “ilusión” suene relajadamente escueta y “deseo” resulte muy visceral para expresar la realidad de ciertos sentimientos...

Amanece y descubro cada nuevo día con las caricias de otras manos, caricias que debo conformarme con imaginar tuyas porque las tuyas le están prohibidas a mi cuerpo.

Como prohibido es este sentimiento que intento matar susurrando tu nombre en forma de repetido conjuro, esperando encontrar el sortilegio que me una a ti, o me haga olvidarte de una buena vez.

Tus besos llenan otra boca, tus labios beben de otros labios, tu piel siente otra piel que no es la mía, no lo fue y no lo será.

Es mi condena sentir la pérdida de lo que no he tenido nunca, porque amores como éste serían repudiados por el resto.

¿Y por qué el mundo decide por nosotros? Porque somos cobardes.

Yo soy cobarde al no aceptar mis latidos por ti, tú lo eres por no darte cuenta de que eres tú quien me hace latir.

Te lo he negado a ti, me lo he negado a mí en conversaciones con mi sombra durante noches enteras, se lo he negado al viento que me lo ha preguntado cuando ha visto la impotencia reflejada en mi rostro...

Tú... tú... mi deseo... mi anhelo y siempre tú...