Goodbay

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21 may 2016

LEYENDO TUS LABIOS




El vínculo que une a dos personas a veces se rompe dolorosamente cuando una de ellas olvida a la otra, aunque sea durante un tonto beso. Pero no siempre es algo tan simple, a veces... es algo más.

Una relación en la que sucede esto, tiene un problema de raíz y ese tipo de cuestiones se resuelven conversando y restaurando, por todos los medios posibles, la confianza mutua.

Es posible hablarlo, es posible dialogar y analizar el porqué y sanear las heridas para que curen con el tiempo. Y es que somos seres imperfectos, nuestras vidas conforman una maraña a veces complicada de desentrañar y es difícil distanciarse del ego en pos de lo realmente importante.

Creo que se puede dar una segunda oportunidad a esa persona que es tu media naranja pero que ha sido débil, o se ha distraído, o durante un momento ha apartado la vista.

Ese voto de confianza a quien más quieres, a pesar de que te haya hecho mucho daño, es una de las mayores muestras de amor que un ser puede ofrecer.

Nunca es fácil perdonar. Ni siquiera lo es para la más nimia de las tonterías, mucho menos aún sabiendo que tu media naranja ha estado durmiendo con otra persona.
Pero perdonar es un acto valiente y maduro.

Perdonar es una huida del rencor y el orgullo, es abrir los ojos ante una persona que se entrega a sabiendas de sus pecados y con la promesa de no volver a distraerse.

Sin embargo, regalar el perdón a esa persona que ha cometido una estupidez y se arrepiente de ello puede convertirse en el más fuerte pilar de la relación.

Si esa persona está realmente avergonzada de sus actos y el amor permanece entre ambos, incluso en esas circunstancias, entonces perdonar puede ser la clave de la felicidad.
Tiempo es pues de reconstruir.

Otra cosa es olvidar...




 

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