Goodbay

Vistas de página en total

18 ago 2013

PINCELADAS



El que no ha amado en esta vida no sabe lo que es vivir. El que ama y sirve, sirve su vivir. Pero no todo lo que brilla es oro y uno debe de aprender a vivir así, a veces el amor no es lo que parece y otras amamos lo que no se debe amar.

Miro la luna y pienso en ti… ¿La estarás mirando? ¿Será la misma luna la que estamos viendo tú y yo? Sobra decir lo que siento por ti, tú bien lo sabes pero como siempre te haces la que no.

Desde siempre, desde niño tú has sido el gran amor de mi vida, aquel por el que en las noches cerraba mis ojos y ponía mis sienes en la almohada con el deseo infinito de estar contigo.

El tiempo pasó, uno crece y mis sentimientos por ti fueron cambiando poco a poco, se fueron transformando, los fui moldeando, aprendí a compartir contigo los buenos y malos momentos de mi vida.

Te he de confesar que me daban celos al verte sonreírles a los demás, yo a tu lado, y tú que no te dabas cuenta, pero te dejaba ser porque siempre sentí que éramos el uno para el otro.

Aprendí a esperarte en los días soleados y en aquellos con lluvia, en los días para celebrar y en los que solo pasaban por pasar. Te he deseado como nadie más podrá hacerlo, te hice mía en los silencios, y por más que trate de dibujar tu rostro en mi libreta jamás alcancé la exquisitez de un artista para plasmar tu fina estampa, pero, sin embargo, todas mis canciones hablan de ti, siempre has sido mi gran musa.

El tiempo siguió pasando y te vi con uno y con otro, con este y con aquel pero siempre pasaba lo mismo; de una forma o de otra te dejaban, se alejaban de ti y yo siempre estuve dispuesto a enjugar tus lágrimas.

Tu sinceridad y frialdad eran muy notorias, pero eso no me importaba porque ya estaba escrito en las páginas del silencio de mi vida que tú y yo nacimos el uno para el otro.

Recuerdo muchas noches frías y otros días cálidos, te paseabas con mis amigos y hasta llegaste a coquetearle a más de uno de mis seres queridos, me desgarraba verte cerca de ellos, pero bien sabía que tarde o temprano te dejarían, y no porque yo me interpusiera con abrazos y caricias, con palabras y canciones, sino porque nadie te podía amar como te amo yo.

Aún tengo curiosidad de saber que sentías en los días en que fui feliz lejos de ti, cuando me casé y tuve hijos, cuando los vi crecer… pero nuestra atracción era más fuerte que todos estos lazos, bastaba un minuto del día para que algo me recordase a ti, bastaba cerrar los ojos y en ese momento tu corrías para estar cerca de mí.

Muchas veces supuse que vivías triste y angustiada, que estabas terriblemente enamorada, que llorabas noche a noche y no conciliabas el sueño, que pensabas en tan solo verme, en estar conmigo, y precisamente hoy supe de ti todas las cosas horribles por las que has pasado por tratar de estar a mi lado.

Es por eso que hoy me he atrevido a escribirte estas líneas, porque ya no lo puedo negar más, desde siempre has sido mía y creo que yo jamás te di motivos, siempre hubo un malentendido, no era normal, no era correcto que tu lloraras por mí.

Los dos nacimos para estar juntos, me amas y te amo. ¿Por qué hacernos más daño? Toma mi mano, yo tomaré la tuya y juntos caminaremos hacia el atardecer de nuestras vidas, tan juntos como siempre, como desde el primer día, como aquellos días de mi niñez.

Siempre seré tuyo y tú siempre serás mía... Soledad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario