A ESA AMISTAD INCONDICIONAL

Como dice la letra, "no es una canción de amor, eso al menos pienso yo, es mucho más sano", es una carta abierta a esa persona o personas que todos tenemos al lado y nunca valoramos lo suficiente.

No es quien duerme a nuestro lado, ese a quien dedicamos nuestro último pensamiento por la noche y el primero por la mañana, sino que es quien a veces hace el trabajo sucio de decirnos las cosas tal cual son, solo por el hecho de vernos mejorar.

Ese tipo de personas que siempre está ahí como una pequeña sombra a la que estamos tan acostumbrados que a veces pasa desapercibida, pero que nos está indicando que siempre que aparece es porque hay una luz.

He tenido la grandísima suerte de conocer varias personas así, gente que se ha alegrado sinceramente cuando las cosas han ido bien y que me ha lanzado una cuerda sin importarles si se quemaban las manos tirando de ella cuando me han sacado del pozo.

No escribo esto solo para dar las gracias por esos momentos tan puntuales, eso sería fácil.
Lo hago más bien por las eternas guardias que montan para que todo vaya bien, como una especie de policía personal, siempre alerta por si se produce un crimen en mi estado de ánimo.

También escribo para pedir perdón, por todas esas veces que no les hice caso porque era más sencillo pegarme el golpe que reconocer mi error, por mucho que me fuera a doler después.

Por último quiero confesar también mi cobardía, porque admito que me da miedo pensar en mi vida sin ese colchón debajo de la cuerda para amortiguar todas mis caídas.

No me dejéis sola...