Una sola acción negativa puede empañar el más inmaculado historial.
O algo así se dice o tiende a creer a veces.
Esto lleva a la generalización y justifica sembrar la duda sobre lo bueno.
Pero, ¿qué pasa cuando se plantea a la inversa?
Ocurre que cuando uno admite ser malo ve abrirse de par en par las puertas del todo vale, la justificación queda implícita y quejarse es absurdo.
Pero nadie es bueno o malo, y hay más literatura barata en el lado oscuro al ser corrompido, así que, ¿cuántas confesiones habrán quedado enterradas a la sombra de las equis?
Pensar una verdad incómoda a veces supone desnudarse...
aunque las ropas sigan vestidas pero sin lavar.
Queremos lo que no podemos tener hasta que lo llegamos a tocar.
Y después, ¿deja de brillar? Muchos genios se han diluido.
Cualquier excusa es buena para engañarnos a nosotros mismos y decir que hemos dejado de querer algo, no porque ya lo hemos conseguido, sino porque algo en el/ella ha cambiado. Un único gesto y ya es malo lo que antes decíamos que era excepcional, o ya es debil(bueno) lo que antes era fuerte (malo).
ResponderEliminarHacía tiempo que no publicabas. Me he alegrado de ver una nota nueva.