El que no ha amado en esta vida no sabe lo que es vivir. El que ama y sirve, sirve su vivir. Pero no todo lo que brilla es oro y uno debe de aprender a vivir así, a veces el amor no es lo que parece y otras amamos lo que no se debe amar. Aprendí a esperarte en los días soleados y en aquellos con lluvia, en los días para celebrar y en los que solo pasaban por pasar. Te he deseado como nadie más podrá hacerlo,porque tu y sólo tu eres poesía
Goodbay
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5 ene 2012
Dime de quien vienes y te diré que eres
Es un hecho irrefutable que las raices y apellidos de cada cual pueden predisponer al resto del mundo a conformar una imagen de alguien y no coincidir con la realidad.
Es un hecho indiscutible que a todos nos gusta que, en caso de tener que ser juzgados
(obviamente no me refiero al sentido jurídico de la palabra), lo seamos por nuestras acciones y no por las que otros miembros de nuestra familia hayan podido realizar sin tener nosotros ni siquiera constancia de ello.
Y también es un hecho innegable que la historia de cada cual, el pasado, es algo que no podemos evitar y que si algo de él no nos gusta, antes o después saldrá a la luz, con mayor o menor fortuna.
Aunque el apellido parezca un estigma que nos persigue es también parte de nosotros y por mi parte no hay mayor orgullo que mirar atrás y decir "De ahí provengo". Tengo la suerte de pertenecer a una familia sin graves problemas internos (al menos que yo sepa...), pero si los hubiera habido, creo que intentaría hacerme ver como lo que soy, y no como los demás puedan verme por tener la familia que tengo.
Cada cual es libre de continuar el apellido familiar o no, y en ambos casos es cosa nuestra, de cada cual, el hacerse reconocer por su propia valía y no por lo que los demás puedan conocer de nuestro origen familiar.
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