...parecen parpadeos de una vela. No sé bien qué demonios ocurre, a veces creo que se está quedando sin aire mi universo.
Se aventuró el cazador a caminar, con su brújula como única arma, hacia el interior de la isla. Ni sabía qué buscaba.
Pero encontró una leyenda escondida en las intersecciones de las piernas que le abrazaron mientras dormía, las sábanas que abrigaban sus sueños, que le dejó al despertar un dulce beso en la comisura de los labios.
En la parte trasera de la foto compartida encontró un texto manuscrito, no podía entender nada de lo que leía, pero junto con su brújula será su mayor ayuda para encontarse con lo que cree que sería un tesoro.
Sabrás, por fín, qué demonios es lo que buscas, cual será el tesoro, cuando desees que no llegue nunca un último mordisco en el hombro, cuando notes que el corazón vuelve a estar caliente. Si caminas por senderos de bambú y duermes entre tulipanes. Si no quieres volver al principio de la espiral.
El que no ha amado en esta vida no sabe lo que es vivir. El que ama y sirve, sirve su vivir. Pero no todo lo que brilla es oro y uno debe de aprender a vivir así, a veces el amor no es lo que parece y otras amamos lo que no se debe amar. Aprendí a esperarte en los días soleados y en aquellos con lluvia, en los días para celebrar y en los que solo pasaban por pasar. Te he deseado como nadie más podrá hacerlo,porque tu y sólo tu eres poesía
sí que parece que el mundo está así: buscando.
ResponderEliminaraquí también hay algo que merece ser citado una y otra vez:
"Sabrás, por fín, qué demonios es lo que buscas, cual será el tesoro, cuando desees que no llegue nunca un último mordisco en el hombro, cuando notes que el corazón vuelve a estar caliente."