Goodbay

Vistas de página en total

26 jul 2013

Ni 100 CAMBIARÍA ESTO





Para ti, mi punto de inflexión.

Nunca sé cómo empezar una carta.
Son un cúmulo de cosas que te diría, que en mi cabeza tienen sentido, pero al intentar tomar forma en mi boca se deshace toda lógica.
Como todo lo que digo, ya me conoces.

Podría decir que nuestro amor es perfecto, que siempre hemos sido felices, que siempre ha sido amor y nada más entre nosotros, que sólo hay felicidad cuando estamos juntos. Pero mentiría.


De todos los amores, si es que estos fueran comparables entre sí, el nuestro es el más imperfecto. Hemos llorado, hemos reído, hemos acabado y hemos vuelto a empezar.

Hemos subido a lo más alto, allá desde donde dices: "¡Mira, desde aquí se ve mi casa!" y hemos bajado a velocidades que cortaban la respiración.

Hemos amado, sobre todo lo demás. Y amamos.

Hemos sido amantes. A escondidas de miradas que nos podían recriminar nuestros actos. Hasta que la evidencia era clara hasta para un invidente.

Has querido dejarlo todo. Y entre lágrimas hemos sacado la fuerza.

¿Una comparación? Lo más cercano que se me ocurre son dos locos que quieren escaparse de un manicomio, hasta que se dan cuenta de que sólo son felices dentro, donde puedan estar juntos sin lógica, coherencia ni razón.

Tampoco quiero extenderme mucho más. Podría añadir que es tu mirada lo que me hace vivir, que son tus besos el motivo por el que sonrío cada mañana, pero no es sólo eso. Ya he dicho que es un amor imperfecto.


Sí, tu mirada, tus besos, tus caricias, pero también tus muecas, nuestras discusiones, nuestros silencios. Porque no sólo te quiero en lo bueno, sino que también te amo en lo malo.

No te voy a pedir que no me faltes nunca. Eres libre de decidir.
Y te prometo que yo nunca te faltaré a ti.