Eramos blanco y negro, tú el otoño disfrazado de primavera, yo vivía el invierno soñando tus veranos.
Eramos tan distintos que en eso coincidimos: nos conocimos huyendo de nuestra sombra,
nos enamoramos por la inercia de lo que quedaba atrás, y las tormentas nuestros silencios...
aún hoy llegan los ecos
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