Goodbay

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9 ago 2011

Cómo a la luz del sol

Y aunque ahora no estés conmigo te sigo necesitando como a la luz del sol… En mi mente quedan los recuerdos, y los cristales empañados... Tus manos en mi pecho y las sabanas revueltas.

Hoy, lo siento, pero no estaré disponible para nadie que no sea tu recuerdo.
Un justo tributo que te has ganado con el tiempo.

Si es urgente puedes buscar mi mirada perdida en el final de una barra de madera. Haré menos dolorosa la distancia olvidando todo lo demás, y nublando mi vista hasta perder el conocimiento.

Quizás mi próxima tenga un sabor agridulce y tú ya no seas más que el recuerdo, pero te concederé la espera y no volveré a tropezar mientras tu me sigas “esperando”.

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