Angustia temporal

Aquel dulce aroma le sabía poco a su nariz, la comida que antes le gustaba tanto ahora pasaba a ser insípida, nada parecía tener sentido, ni siquiera aquellas cosas que siempre habían permanecido levantadas, rígidas e implacables ante cualquier circunstancia de la vida, la vida había dado un vuelco repentino, sin previo aviso, todo parecía haberse torcido más de lo normal, el guión había cambiado por completo y él estaba allí, mudo, paralizado, tiernamente confundido entre aquella multitud que no lograba entender. Se paró en seco para ver la situación desde otra perspectiva, todo volvía a ser como no quería que fuera, y todo, absolutamente todo, empezó a estallar en su cuarto dejando viejas fotos y recuerdos en el olvido, levantó la mirada y aún podía verse actuando ante mas de cinco mil personas, gritando, pidiendo su calor, su voz, su música. Ahora todo aquello le abrumaba, no quería volver a vivir aquello solo, le daba demasiado miedo afrontar algo así sin nadie a su lado, sin nadie que protegiera su espalda, que le digiera por las noches que debía calmarse, que debía buscar formas de evadir su mente para no tener que pensar constantemente en la presión en la que estaba sometido. Había aprendido a domar sus emociones, aprendió que no hay echos morales solo existe la interpretación moral de estos, en su vida muchos fueron los palos que recibió y aunque en su día no los valoró, empezó a darse cuenta de lo útiles que han resultado. El amor llamó a su puerta, más fuerte que nunca, con más intensidad de la que podía soportar, todo empezaba a cobrar sentido y su vida empezó a estar compartida con otra persona, al principio, al no estar acostumbrado a aquella nueva sensación tenía miedo, no quería fastidias y echar por el suelo toda aquella felicidad que ahora sentía, levantó los ojos y ella le dijo que quería pasar el resto de su vida con él. El miedo empezó a desaparecer al mismo tiempo que el deseo empezó a nublar su mente.