Goodbay

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12 ene 2012

tanto tiempo y por fín una sonrisa



Avanza lúgubre, apesadumbrada, la sombra a través de las calles estrechas, pero abiertas por la falta de gente en este atardecer.
Un desierto con paredes de hormigón, el viento que silba y la arena que se levanta. No se detiene, sombra es una extensión de su definición como cuerpo misterioso.

Un sombrero negro, roído, donde por cada poro, por cada roto se destilan mil batallas de lobo solitario, cubre su semblante. Podría jurarse que lo lleva pegado a la cabeza y que tras la oscuridad se esconde un rostro con signo de interrogación.

Una duda que esconde piernas largas bajo una oscura gabardina, que solo deja ver el comienzo de unas botas de cuero con punta, que le gana metros al tiempo y la desesperación, con esa lentitud nerviosa que no conoce la pausa, con ese caminar que parece retenido por correas que se rompen con cada paso.

Encara la puerta de vaivén del club y con violencia le asesta una patada, seca, violenta. Las bisagras que tanto tiempo han chirriado el mismo quejido saltan mientras el trozo de madera podrido se deshace en mil pedazos contra la pared como tarjeta de presentación.

Los espectadores, sobresaltados, atónitos, con la boca entreabierta y un furtivo miedo a mirar agachan la cabeza e intuyen con el cuerno del ojo como va embistiendo con cada zancada la madera polvorienta.

Se apoya en la barra, como en un estante, lanza el sombrero para recoger la atención y abre de par en par la gabardina. Hipnotizados, embelesados fijan la mirada en el deshojar de sus movimientos. Todos parecen reconocerle de pronto, su nombre es selene y lleva recorriendo el mundo desde que es mundo, con su particular estilo, a golpe de inspiración.

Ha regresado de un viaje duro, agotador, sediento, maltratada. Necesita en su hogar descanso, agua de donde beber y cuidados apropiados. Y el sombrero volando es un guante que lanza ,
¿lo encontrará aquí? Resuena en la cabeza ese eco con pose de desafío.

Por estas fechas no puedo evitar echar la vista atrás, con largo recorrido. Mis recuerdos revisados llegan hasta hace más de treinta años, cuando era un escritora que redescubría la revista, precisamente, a través de los relatos de terror a los que hoy trato de rendir homenaje en este editorial.

Quiero pensar que fue uno de los ingredientes principales en ese cóctel extraño que me sedujo y que con el tiempo me ha generado adicción. hoy es más que actualidad, música y... en definitiva, realidad. Es un espacio para la ficción, para las fantasías, es un altar para los sueños. Y si hablará por cuenta propia diría que no dejéis pasar ni una oportunidad de aprovechar ese regalo.




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