El que no ha amado en esta vida no sabe lo que es vivir. El que ama y sirve, sirve su vivir. Pero no todo lo que brilla es oro y uno debe de aprender a vivir así, a veces el amor no es lo que parece y otras amamos lo que no se debe amar. Aprendí a esperarte en los días soleados y en aquellos con lluvia, en los días para celebrar y en los que solo pasaban por pasar. Te he deseado como nadie más podrá hacerlo,porque tu y sólo tu eres poesía
Goodbay
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16 ene 2012
experimentar o dejarse guiar
Elige un oficio, cualquiera. Un libro o un profesor te pueden enseñar la teoría. De cuanto hinques los codos dependerá tu nivel de dominio de la misma, desde lo justo y necesario hasta la maestría más absoluta. Y tras eso... ¿Qué?, ¿quién te enseñará ahora los entresijos de la puesta en práctica de todo lo que has aprendido hasta el momento?
Aquí es donde está la diferencia entre las dos modalidades de actuación existentes: el que aprende a "tocar de oído" y el que se deja tutorizar por otros. El primero utilizará el método ensayo-error hasta dar con la clave, hasta encontrar un modo efectivo de llevar a cabo su trabajo. Experimentará cuanto sea necesario hasta poder equilibrar sus opciones de éxito con el esfuerzo invertido en su tarea. El segundo, por el contrario, contará con los consejos de un "tutor" que guiará sus pasos. Conocerá de antemano la metodología según la cual debería regir sus acciones y por ello su margen de error será limitado.
¿Es mejor un modo que otro? En cuanto a su practicidad y efectividad, lo más probable es que si te han allanado el camino contándote lo que hacer y cómo hacerlo, tus posibilidades de fracasar y no llevar tus acciones a buen puerto sean escasas, eso es innegable. ¿Y en cuanto a su mérito? En este punto debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Quién si no alguien que ha aprendido "tocando de oído" puede ser el que termine revelando al mundo el camino a seguir por todos los que vendrán después? No cabe ninguna duda de que todos estamos en deuda con todos esos "científicos" que han basado sus carreras, sean del tipo que sean, en un largo ciclo de ensayos y errores hasta dar con las fórmulas adecuadas.
Tener pistas sobre cómo debemos obrar no debería ir necesariamente ligado a que perdamos ese espíritu innovador que todos deberíamos llevar dentro. Siempre está bien que haya un hueco para la experimentación, y, quién sabe, quizás hasta podamos terminar mejorando la fórmula.
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