Tengo la convicción de que no existe mi musa, y sin embargo, no me canso de insistir en perseguirla... La esperanza de demostrar que el pasado fue real y que el futuro tiene matices de genialidad. Eres calma y desesperación.
Y al alba, sus rubios cabellos rizados resbalan besando mi pecho, guiados por el olor a tinta tribal...
Eres fuego y hielo. Y te he buscado en mis soledades, para decirte como de hermosa eres, tú y cuando tú no estas pero has estado y persigo tu rastro alado. Me quemas, y después te vas, fugaz, y el viento que trae tu aroma choca en tu fuego para contrastar.
Y en la segunda luz del día, siento sus uñas escarbar, de cicatrices en mi espalda haces caminos y seña de identidad...
Eres deseo y satisfacción. Y te he buscado en multitudes, sintiendo tu roce al rozar. Tu rastro vaporoso como un pañuelo de blanca seda acaricia mi mirada entre la ciudad. Me pierdes, y me tientas, y después me vuelves a encontrar, juegas a mi espalda y te vuelves a marchar.
Y en la tercera luz del día, tus labios en mis labios no me quieren hablar, se comen mis palabras, aunque no las vaya a pronunciar...
Eres remedio y enfermedad. Y te comienzo a buscar en mi locura, a golpes, a reventar, a gritarte la ausencia... ¿Y si ya no esta? El pañuelo es soga que aprieta y no deja respirar. Me matas, me asustas, no me lo das... Y todo se empieza a nublar.
Y en la sexta luz del día, se ha visto pasar la cuarta y la quinta entre sueños de despertar, la séptima llama impaciente y la noche querrá llegar. Y tu mirada en la mía no se quiere reflejar, le envidia mi vista porque clavando los ojos en el espejo no hay nada que mirar.
Fuiste y serás mi musa...
Y hoy, no me quisiste inspirar, pero en los grises matices te espero para ver tu brillo al llegar.
El que no ha amado en esta vida no sabe lo que es vivir. El que ama y sirve, sirve su vivir. Pero no todo lo que brilla es oro y uno debe de aprender a vivir así, a veces el amor no es lo que parece y otras amamos lo que no se debe amar. Aprendí a esperarte en los días soleados y en aquellos con lluvia, en los días para celebrar y en los que solo pasaban por pasar. Te he deseado como nadie más podrá hacerlo,porque tu y sólo tu eres poesía
mi musa ¿estará?... el tiempo lo dirá. si es así mis labios tampoco querrán hablar
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