Goodbay

Vistas de página en total

21 sept 2011

A lo largo de los años

Hace tiempo que nos conocemos. Mucho tiempo. Y aún así, recuerdo perfectamente la primera vez que te vi.

Fue durante nuestro primer día en la Universidad. , no prestaba mucha atención a los hombres, probablemente como autodefensa por mi sensibilidad. Sin embargo, cuando me miraste algo cambió en mi interior. Una sola mirada tuya fue suficiente para despertar un sinfín de sensaciones dormidas y que hasta ese momento creía inexistentes. El impacto fue tan grande que al finalizar el día era incapaz de recordar cualquier cosa de las clases a las que había asistido. En mi cabeza sólo había sitio para tus ojos, tan azules como el cielo, tan profundos como el mar, y tan calientes como el fuego. Una mirada tuya bastó para hacerme abandonar la adolescencia tardía en la que estaba sumida y convertirme en una mujer.

Pasó el tiempo. Tú enseguida conociste un chica y os hicisteis novios. Pero eso no fue lo peor; lo peor era que la chica me caía muy bien. Si hubiese sido un mala persona, podría haberle odiado y al menos me quedaba la esperanza que te dieras cuenta que merecías algo mucho mejor. Pero no era así. Todo el mundo coincidía en que erais la pareja perfecta.

Sí, fuiste muy feliz con élla, lo sé. El día que os casasteis estabas radiante, desprendías una luz mágica a tu alrededor. Lo pude ver con mis propios ojos porque yo estaba allí, fui uno de vuestras invitadas. Reí con vuestras risas, lloré con vuestras lágrimas de felicidad, me emocioné con vuestra pasión... Al finalizar el día estaba muy confusa. Había visto cómo el hombre de la que llevaba años enamorada se había casado con otra mujer; y sin embargo en mi corazón sólo había cabida para un sentimiento... alegría. Sí, por raro que me pudiera parecer no había lugar para la frustración, el desengaño, la tristeza... Estaba alegre porque tú eras feliz.

Aquella misma noche tomé la decisión de marcharme. Busqué trabajo a varios miles de kilómetros e inicié una nueva vida. Me casé, me separé... unas cuantas veces. Pasaron los años, aunque nunca conseguí olvidar el brillo de tus ojos y tu mirada de aquél primer día. Las noticias que me llegaban eran escasas, pero una mañana recibí una llamada de un amigo común. Tras una rápida enfermedad, tu mujer había fallecido. La noticia me dejó paralizada. Y lloré, lloré como un niña al imaginarme el dolor encadenado a tu corazón. Y lloré como una niña al imaginarme lo solo que te sentirías en esos momentos. Esa noche tomé la decisión de volver.

Al día siguiente de mi llegada fui a verte. Me abrazaste y lloraste desconsolada entre mis brazos. Y yo hubiera dado mi vida por mitigar un poco tu dolor.

Y siguió pasando el tiempo. Hoy puedo decir que somos buenos amigos, pasamos muchas tardes juntos, salimos a pasear cuando hace buen tiempo, o nos quedamos en tu casa hablando, leyendo o simplemente estando.

Y llegados a este punto, te preguntarás por qué te cuento todo esto. Probablemente no lo recuerdes, pero mañana se cumplen muchos años desde el primer día que entramos en la Universidad; mañana se cumplen muchos años desde que esos ojos, ahora más cansados pero tan vivos como siempre, me invitaron a ser feliz; mañana se cumplen muchos años desde que me cambiaste la vida.

No, no te asustes, porque no te estoy pidiendo nada. Te conozco y sé que eres lo suficientemente sensato y razonable para seguir tratándome con el mismo afecto y con el mismo cariño, a pesar de saber que estoy enamorada de ti.

No te estoy pidiendo que cambie nada porque nunca en mi vida he sido tan feliz como lo soy ahora. Porque ahora puedo estar contigo. Porque pasear a tu lado es como pasear por el cielo sin la necesidad de haber viajado con la muerte; porque oír tu voz es como escuchar el canto de las sirenas para los náufragos perdidos; porque cuando me miran tus ojos siento que puedo sumergirme en ellos y pasarme varias vidas sin necesidad de nada más.

Y no te pido nada, porque hace muchos años que ya sé cuál es mi destino. Yo vine a este mundo para amarte, he pasado mi vida amándote y voy a amarte todos y cada uno de los segundos que me queden por vivir. Y allí donde vayamos una vez dejemos este mundo, te buscaré para seguir amándote eternamente ....


No hay comentarios:

Publicar un comentario