Goodbay

Vistas de página en total

25 sept 2011

preludio del nauseabundo conformismo

Carne latente que, con cada vez más frecuencia, lo único que deja son sus solitarias pisadas como rastro de su existencia, que no presencia. Ni si quiera hay olor en el pelo. Respuestas estudiadas, sonrisas prefabricadas, ojos ya preparados para el guiño que antes de ser de plástico, fue casual y espontáneo. Que antes, era fuego y no pólvora. La avispa con la orden del polen. El oso con la de hibernar. Las serpientes con la de arrastrarse. Las personas, las de ahora, con la de existir bajo un conformismo nauseabundo que pasa por caminar todas igual y dejar de preguntarse a qué sabrá una nube. La comida falta; decide no comer. El dinero desaparece; decide declararse pobre. Tu hijo muere y decides nunca haber tenido uno. Es lo más fácil.

Luchar por nada, o continuar en una misma situación en la que estás por no luchar, es exactamente lo mismo. Olvidamos pasar el tiempo observándonos en el espejo, antes lo hacíamos porque observábamos a una persona diferente a las demás. Unos se odiaban, otros se querían, pero todos se notaban distintos. Ahora, no hay reflejo extraordinario. No hay espejos.

Concepto errado de la felicidad el que dice que continuidad y seguridad es eso. El que lucha contra sí mismo, con tal de acabar intentando inyectarse en vena la ignorancia que cree que le falta para sonreír. Algunos lo logran, aunque nunca alcanzando el objetivo. Adquieren ignorancia a la fuerza de intentarlo, pero pierden las oportunidades de la posición inicial. ¿Eres más feliz por seguir haciendo, hasta que te pudras, lo mismo todos los días? Respóndete. Eres más cobarde, inconformista y mal agradecido con este mundo que te da dos días y tú lo desaprovechas con tu faceta de "no necesito nada de eso, nena, soy un tipo duro". Pretendes obligarte a ser feliz cuando sabes que no lo eres. Engáñate a ti mismo y cuéntame si lo logras.

¿Qué es la esencia del hombre como hombre si de ella hacemos lo repetido, lo no-sentido y lo formal? Muebles son, cadáveres de personas que sólo se reflejan ya con el individuo. La felicidad, como concepto idealizado del estado eterno que se puede alcanzar, no deja de ser un estado pasajero de bienestar, es alegría en el fondo la que te aborda en ciertos momentos. Y es lo que llamamos infelicidad el estado continuo de depresión, desasosiego o tristeza que algo nos produce en algún momento o en tiempo prolongado de nuestras, cada vez más, automáticas vidas.

Desiste de vivir y sigue pintando todas las paredes de blanco. Recuerda que el vecino, también lo hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario